Hace ahora casi un año exacto, un 14 de diciembre de 2019, Lidón Muñoz del Campo alcanzó su particular cima deportiva. Tras dos temporadas de constante evolución y de permanente crecimiento, la nadadora castellonense obtenía en Ámsterdam, Holanda, la marca mínima requerida para estar en los Juegos de Tokio. La deportista FER completaba los 100m libres en 54 segundos y 33 centésimas, cinco centésimas menos que la marca exigida. El hito representaba una rúbrica de oro al titánico esfuerzo desplegado e invertido por la nadadora FER durante muchos años. Para sellar, de forma definitiva, su pasaporte olímpico, Lidón sólo tenía que ser una de las dos mejores españolas en los 100m del Campeonato de España-Open de primavera, evento previsto en Sabadell para el pasado mes de abril. Dada su superioridad sobre el resto de nacionales, un mero formalismo.
Por desgracia, la pandemia del covid-19 cambió bruscamente el curso de los acontecimientos. Ni hubo Campeonato de España en Sabadell ni hubo Juegos en Tokio durante el pasado verano. Asumida y superada la conmoción inicial, Lidón y el resto de nadadores españoles aspirantes a la cita olímpica esperaron un tiempo para saber los nuevos criterios y requisitos clasificatorios para Tokio. Finalmente, la Federación Española comunicó la nueva hoja de ruta a principios de octubre. Inicialmente se podían conseguir las marcas exigidas en tres eventos. En el Open de Rotterdam, Holanda, del 5 al 6 de diciembre: en el Campeonato de España Open, del 24 al 28 de marzo; o en el Campeonato de Europa en Budapest, del 17 al 24 de mayo. Finalmente, la pandemia ha reemplazado el Open de Rotterdam por el Torneo Internacional Castalia Castellón (días 5 y 6 de diciembre). Es decir, Lidón se encuentra ante un escenario idílico: la posibilidad de conseguir el ansiado pasaporte olímpico en su ciudad natal.
La gran novedad estriba en que se da prioridad a la cronología (a quien antes logre ese registro) por delante de las propias marcas. Es decir, cuando un nadador consiga el billete, ya no tendrá que refrendarlo con posterioridad y ningún otro nadador o nadadora nacional se lo podrá arrebatar. Hay dos plazas para deportistas españolas por prueba. Si las dos plazas quedan asignadas entre Castellón y Sabadell, no habrá opción de que un tercer nadador aspire a un pasaporte olímpico, por mucho que establezca una mejor marca en el Europeo de mayo. En ese certamen, sólo estarían en juego la plaza o las plazas aún por cubrir.
Lidón Muñoz se presentará pletórica en el Torneo Internacional Castalia Castellón. A pesar de la complejidad del curso, la deportista castellonense ha acelerado en los últimos meses. Entre octubre y noviembre, pasó cinco semanas en Budapest, escenario, en formato burbuja, de la Internacional Swimming League de 2020. En la capital húngara, la componente del Proyecto FER extrajo grandes conclusiones y aprendizajes al compartir competición y entrenamientos con nadadores de talla mundial. Y hace pocos días, el fin de semana del 20 al 22 de noviembre, Lidón exhibió un excelente momento de forma en el Campeonato de España de piscina corta. También en su Castelló de la Plana natal, disputó 10 pruebas (cinco individuales y cinco por relevos) y obtuvo 10 oros. Un balance de ensueño. El gran problema al que se enfrenta en pocos días es la falta de rivales de entidad, la falta de referencias. Tendrá que medirse y superarse a sí misma.
Al margen de todo ello, Lidón se muestra optimista a la hora de evaluar sus opciones olímpicas. La mínima en los 50m libres es 24:77. La de los 100m libres es 54:38. “Estoy segura de que puedo conseguirlo. Si lo hice en 2019, lo puedo repetir en 2020. De momento, quiero centrarme en aprovechar al máximo la experiencia en la ISL de Budapest. Luego, disputaré el Nacional de invierno en piscina corta en Castelló. Y después, llegará Rotterdam. Curiosamente, coincidirá con mi 25º cumpleaños. No habría mejor regalo que conseguir la mínima olímpica. He luchado mucho para estar aquí. Ahora, he de rematar todo el esfuerzo invertido”, concluye Lidón.