Vuelve el espectáculo a los tatamis. Un mes después del Master, evento que se desarrolló en Jerusalén y con el que se cerró el curso 2022, el judo recobra su actividad. El primer gran torneo llega este mismo fin de semana. Es el Grand Prix de Portugal, certamen que distribuye unos puntos muy valiosos en la carrera hacia los Juegos Olímpicos de París, y en el que van a competir Salvador Cases y Ana Pérez Box, dos de los grandes judocas del Proyecto FER. Julia Figueroa, por su parte, reaparecerá en pocos días, el viernes 3 de febrero, en el Grand Slam de París.
Para Salva Cases (Alicante, 24 años), este Grand Prix de Portugal es sinónimo de buenas vibraciones. De gratos recuerdos. En enero de 2022, el deportista FER logró, en este mismo evento, una fantástica medalla de plata, su primer podio en un gran torneo internacional. Posteriormente, llegaron dos bronces en otros tantos Grand Prix. Primero, en Turquía, un 2 de abril. Después, en Abu Dabi, un 21 de octubre. Su brillante temporada pasada se completó con sendas quintas plazas en el Campeonato de Europa y en el Grand Slam de Bakú.
“Sé que en 2022 experimenté un gran crecimiento. Mi categoría de peso, menos 73 kg, es muy dura, muy exigente, pero he demostrado que estoy en condiciones de competir de tú a tú y sin complejos ante cualquier rival. Ganaré o perderé, pero creo que soy muy competitivo. Y, sobre todo, he dado pasos muy importantes hacia mi gran sueño: ser olímpico en los Juegos de París. De hecho, ahora mismo, si se cerrara hoy mismo el ranking, tendría mi pasaporte olímpico gracias a la 18ª posición que ocupo. Pero queda mucho, queda un mundo, y hay que seguir”, señala Salva Cases, quien, durante los últimos meses, ha pulido su judo. Sin perder su energía y vehemencia, se muestra más frío, más calculador, más estratega, más inteligente. Además, goza de un arma muy poderosa: su espectacular técnica de suelo.
Con respecto a los objetivos de cara a 2023, el deportista alicantino no duda: “obviamente, seguir acercándome a París 2024, ser medallista en el Mundial y, sobre todo, lograr la medalla de oro en un Grand Slam”, comenta el judoca FER. Después de competir en Portugal, la planificación de Cases pasa por desplazarse a Georgia, donde estaría entrenado durante prácticamente un mes. En principio, sus próximas competiciones serán los Grand Slam de Tiblisi (25 de marzo) y el Grand Slam de Antalya, Turquía (el 1 de abril).
Quien también está lista para reaparecer este fin de semana es Ana Pérez Box. Para la judoca alicantina, su trayectoria solo puede ir a mejor. Es prácticamente imposible que 2023 sea peor y más adverso que el pasado curso. La deportista FER vivió un 2022 para olvidar. Ana (menos 52 kg) encadenó todo tipo de contratiempos médicos y físicos. El último, una lesión en la clavícula, percance que le impidió disputar el Campeonato del Mundo a principios de octubre. Su única alegría del pasado curso fue la medalla de bronce lograda en los Juegos Mediterráneos. En los tres últimos torneos de la anterior temporada (los Grand Slam de Abu Dabi y Bakú, y el Master de Jerusalén), superó las primeras rondas y cayó en las segundas.
Pese a todo lo anteriormente enumerado, Ana Pérez sigue ocupando una plaza que, en la actualidad, todavía le permitiría acceder a los Juegos de París. La alicantina es 20ª y se encuentra por delante de la madrileña Estrella López, otra judoca española aspirante al billete olímpico en la categoría de menos 52 kg. No obstante, Ana se encuentra en el límite y precisa, con urgencia de un resultado que refuerce su candidatura olímpica. “Peor no se me pueden dar las cosas. Yo me encuentro en buenas condiciones, tanto mentales como físicas. Sólo necesito un buen resultado para recuperar sensaciones y confianza. En cuanto llegue, la historia será totalmente distinta. No tengo ninguna duda”, comenta Ana Pérez, a 24 horas de volver a pisar un tatami.