Durante las últimas jornadas, sendos éxitos internacionales de los deportistas FER Violeta Díaz y Asier Olangua han quedado eclipsados por diversos motivos. Primero, por las gestas de Fátima Diame y Quique Llopis en el Mundial de atletismo en pista corta. Después, por el inicio (fallido) de las Series Mundiales de triatlón. Hoy, es momento de repasarlos y de ponerlos en valor.
Violeta Díaz: dinámica ganadora
La joven taekwondista alicantina (Finestrat, 15 años) protagonizó un 2023 de ensueño. Ascendió al podio en casi todos los torneos internacionales que afrontó. De esa imponente colección de medallas, sobresalió, con fuerza, la medalla de plata alcanzada en el Campeonato de Europa junior. Para ser el estreno en esta categoría de edad, el balance resultó extraordinario. Casi, insuperable. En la actualidad, la deportista FER ha iniciado el nuevo curso con la misma tónica. El sábado 2 de marzo, se colgaba la medalla de plata en el Open junior de Bulgaria. Una fehaciente demostración de que Violeta va muy en serio. Una nueva evidencia de su gran presente y, sobre todo, de su mejor futuro.
En breve, este próximo fin de semana, la taekwondista alicantina volverá a los tapices. En este caso, le espera el Open de Bélgica. Una nueva medalla garantizaría su presencia en su gran objetivo de 2024, el Campeonato del Mundo junior, previsto en Corea a principios de octubre. “El Mundial es el principal reto de esta temporada. No sólo disputarlo. Aspiro a conseguir una medalla. Sería un gran impulso para mi carrera deportiva”, comenta la componente del Proyecto FER. Con posterioridad al inminente Open de Bélgica, Violeta Díaz disputará el Open Internacional de España (principios de abril en La Nucía), la Copa Presidente Europa (finales de abril, en Estonia) y el Campeonato de España (en mayo, en Benidorm). La joven deportista de Finestrat ya se ha convertido en una de las nuevas sensaciones del equipo FER.
Asier Olangua: un bronce europeo para restañar heridas
Un paso adelante. Una autoafirmación. Al menos, un cambio de tendencia. Eran algunos de los propósitos que se trazaba Asier Olangua (Valencia, 19 años) en el reciente Campeonato de Europa junior de esgrima, torneo celebrado en Italia en los últimos días de febrero. Objetivo conseguido. El joven tirador valenciano (cumplirá 20 años en mayo y especializado en sable) necesitaba un baño de autoestima, un refuerzo psicológico, tras un complicado inicio de temporada. La historia se estaba repitiendo en todas y cada una de las Copas del Mundo desarrolladas desde que arrancó el curso: Túnez, Turquía, Madrid, Budapest, Bulgaria y Francia. Asier completaba unas brillantes “poule” (las fases iniciales, las liguillas previas a las rondas directas). Sin embargo, la llegada de las eliminatorias eran sinónimo de bloqueo, de cortocircuito, de dudas. En el Europeo, el guion fue casi idéntico, pero con matices. Olangua volvió a estar impecable en la ‘poule’: seis combates, seis victorias, un balance que le permitió quedar exento del primer enfrentamiento a cara o cruz. Para su desgracia, en el tablón de 32, en los dieciseisavos de final, se interpuso en su camino un rival italiano. Asier compitió a un gran nivel. Rozó el pase a octavos. Perdió 15-12. Una derrota dolorosa pero mucho menos que las sufridas en las Copas del Mundo. Al final, 17ª plaza. El episodio insinuaba un punto de inflexión.
Dos días más tarde, el tirador FER ratificó las buenas vibraciones transmitidas en el torneo individual. Asier Olangua contribuyó claramente a la medalla de bronce conseguida por el equipo español en el Europeo por conjuntos. El combinado nacional superó a la República checa, en octavos de final, y a Hungría, en cuartos. Perdió ante Rumanía en semifinales. Y ganó a Italia en la lucha por la medalla de bronce. De esta manera, España repetía el podio alcanzado en 2023. Y, lo más importante, Asier Olangua ahuyentaba fantasmas, recuperaba confianza, volvía a disfrutar, se reencontraba consigo mismo. Siguiente desafío, el Campeonato del Mundo junior (Arabia, a mediados de abril).