Vania Rico y Lucía Sempere son las dos deportistas más jóvenes del Proyecto FER 2019. Ambas tienen 15 años. Y ambas son valientes, decididas, intrépidas, osadas… La primera se dedica a dar pedaladas encima de una bicicleta. La segunda pone a prueba su equilibrio y fuerza escalando paredes y rocódromos. El idilio de Vania Rico por el ciclismo era previsible. Su padre siempre lo practicó; incluso, corrió pruebas oficiales de carácter aficionado. “Desde pequeña, asistía a carreras y a eventos ciclistas. Me gustaba el ambiente que se respiraba y ver competir a mi padre. Se lo dejó cuando yo tenía 8 años. Me dio pena. Como quería que lo retomara, le propuse empezar a salir juntos. Aceptó. De hecho, mi primera carrera la compartí con él, en un tándem. En ese momento, se inició mi vinculación con las competiciones”, recuerda Vania.
Las características de Vania Rico como ciclista guardan relación con su población natal. Vania es de Tibi, una pequeña localidad del interior de la provincia de Alicante, situada a casi 600 metros sobre el nivel del mar y rodeada de montañas. “Soy escaladora. Mi punto fuerte son las subidas; y cuanto más exigentes, mejor. Por contra, flaqueo en las bajadas técnicas”, expresa la deportista del Proyecto FER. En 2018, se proclamó campeona de España infantil de ruta. En 2019, ha acusado el salto a la categoría cadete. Se ha centrado, preferentemente, en el mountain bike. Fue tercera en la Copa de España, torneo formado por cinco pruebas. Y en la actualidad, acaba de iniciar la Copa de España cadete de ciclocross, disciplina no olímpica. Se ha puesto líder de la general tras la disputa de las dos primeras jornadas (en total, son 6). Más tarde o más temprano, Vania tendrá que abandonar tal polivalencia y escoger una modalidad concreta. “Todavía no sé en qué disciplina me centraré. Me gustan por igual la ruta y la montaña. En 2020, la idea es seguir compaginando las dos especialidades. De hecho, mi referente es la suiza Jolanda Neff, que compagina las dos disciplinas. Ya veremos”, comenta. Eso sí, su objetivo para 2020 es ambicioso: “ser campeona de España cadete de mountain bike”.
Por su parte, Lucía Sempere es toda una pionera. Se ha convertido en la primera escaladora del Proyecto FER. Además, es puro nervio. “En 2007, con tan solo 2 años y medio, hice una visita al parque de bomberos en el que trabaja mi tío. Allí, hay un rocódromo para que los bomberos entrenen y se preparen. Pregunté a mis padres si podía subir. Cuando se dieron cuenta, tuvieron que reaccionar rápidamente para cogerme del tobillo. Había llegado muy alto en apenas unos segundos. A partir de ese momento, empezó mi pasión por este deporte. Fueron solo unos segundos, los suficientes como para querer repetir. Y eso que nunca había visto a nadie escalar”, recuerda, entre risas, Lucía.
Su amor por la escalada es fácilmente comprobable. Por ejemplo, conoce a dos de las grandes estrellas de esta disciplina. “Si me preguntas por mis ídolos, lo tengo claro. La estadounidense Alex Puccio y el francés Mickael Mawem. No tengo referentes en otros deportes, solo en el mío”, comenta la deportista FER. La escaladora valenciana se proclamó en 2018 campeona del primer Campeonato de España sub-14 en la conocida como overall, la nueva disciplina olímpica en Tokio 2020, la combinación de velocidad, dificultad y bloque. “A mí me gustan las 3 modalidades por igual. Cada una de ellas me aporta cosas distintas. La velocidad es la más divertida; la dificultad es la más exigente; el bloque es la más explosiva. Pero si he de quedarme con una de las tres, quizás elegiría la de bloque, porque es la que puedo entrenar diariamente en el rocódromo de Alcoy”, comenta Lucía Sempere.
Con una madurez impropia de su edad, la escaladora valenciana se define así: “Soy mentalmente fuerte. No me vengo abajo con facilidad. Y cuando tengo una ligera crisis o me entra la frustración, se me pasa con bastante rapidez. Con respecto a mis debilidades, reconozco que me cuesta arrancar. Acuso bastante entrenar sola. Además, he de fortalecer mi aspecto físico y, antes de las competiciones, he de concentrarme más. Eso sí, la práctica de este disciplina me aporta una sensación de plenitud. Pura adrenalina”, afirma Lucía Sempere. Y, curiosamente, presume de memoria. “Estoy convencida de que esta última característica está reforzada por la práctica de mi deporte. En la escalada, hay que memorizar técnicas y movimientos. Creo que ello ha contribuido a que tenga una memoria casi privilegiada”, concluye Sempere.