Mireia Belmonte, con 5 oros, fue la gran estrella del Campeonato de España de natación de verano disputado a mitad de julio en Las Palmas de Gran Canaria. A menos de dos semanas del inicio de los Juegos de Rio, la nadadora catalana atrae todos los focos del deporte nacional. Es el precio de ser una estrella. Es el peaje de aspirar a, como mínimo, aspirar a repetir las dos históricas medallas de plata alcanzadas en Londres 2012. Todavía a mucha distancia del fulgor y la dimensión de Mireia, dos jóvenes nadadores del Proyecto FER construyen su ilusionante futuro con destellos de calidad, con chispazos de talento. Son Héctor Fontabella y María Artigas. El delfín y la sirena del FER. Ambos completaron un exitoso paso por la piscina canaria con una cosecha reluciente. Una inyección de confianza y seguridad para el futuro. Un reconocimiento a sus horas y horas de sacrificio y entrenamientos. Un aldabonazo para no desfallecer en el competitivo universo de la natación.
Tanto Héctor, que cumplirá 18 años en septiembre, como María, de 16, venían de disputar el Campeonato de Europa junior en Hungría. Ambos experimentaron la dureza y la exigencia de las competiciones internacionales. Superadas las series iniciales, las semifinales se convirtieron, también para los dos, en obstáculos insalvables. Héctor ocupó la decimotercera plaza en los 100m espalda. María terminó duodécima los 200m estilos. No obstante, ambos extrajeron conclusiones positivas de la experiencia continental. “Mi balance es muy satisfactorio. Clasificarme para semifinales era el objetivo; además, logré marca personal. Lo que ocurre es que el nivel era altísimo; si los rivales son mejores que tú, no hay nada que objetar”, apunta Héctor. María, sin embargo, se muestra más autocrítica. “No quedé del todo descontenta, pero esperaba clasificarme para la alguna final A”, comenta la nadadora valenciana, que defiende los colores del Canoe de Madrid.
Sin apenas tiempo para evaluar sus actuaciones en el certamen continental, los dos nadadores del Proyecto FER se sumergían en la gran cita nacional del año: el Campeonato de España de verano. Y ambos rayaron a gran altura. Sobre todo, Héctor Fontabella, quien el pasado 16 de julio se convirtió en uno de los reyes del certamen con su imponente oro en los 200m espalda. El nadador supo aprovechar la ausencia de Hugo González, un fenómeno de solo 17 años que competirá a Rio, para encumbrarse. Días antes, ya había alcanzado la plata absoluta y el oro junior en los 100m espalda. “Ha sido, sin duda, la mejor competición de toda mi vida. Hasta la fecha, mi mejor recuerdo era el bronce absoluto alcanzado en el Campeonato de España de natación de invierno del pasado mes de diciembre. Pero lo conseguido este fin de semana en Las Palmas supera todo lo logrado hasta el momento. Da mucha energía pensando en que el próximo año ya paso a categoría absoluta. Si mantengo mi progresión, me veo capacitado para competir en Mundiales y Europeos de carácter absoluto”, afirma Héctor, que en pocos meses se trasladará el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, en Barcelona.
Del delfín a la sirena. María Artigas, una valenciana de 16 años que vive, estudia y entrena en Madrid, también acostumbra a reunir un buen botín de galardones en todos y cada uno de los certámenes domésticos por los que transita. En 2016, por ejemplo, había acumulado 1 oro y tres platas en el Campeonato de invierno disputado en Terrassa durante el pasado mes de febrero. Su paso por el Nacional de Las Palmas no fue una excepción. María coleccionó cuatro metales. Dos oros y dos platas. Todos en categoría junior. “Mi actuación no ha estado mal del todo. Llegaba cansada del Europeo y las marcas podían haber sido mejores”, apunta María. Su inconformismo es máximo: “Creo que todavía puedo progresar en muchos aspectos técnicos”. Con tal auto exigencia, el crecimiento está asegurado.