Para un deportista del máximo nivel, el principal peligro son las lesiones. No hay peor pesadilla que una inactividad forzada por la falta de salud. O por una momentánea pérdida de confianza. Son períodos de impotencia, de frustración, de desasosiego. Son tiempos que requieren paciencia y fortaleza mental. Durante los últimos meses, tres deportistas del Proyecto FER (Daniel Ros, Daniel Andújar y Javier Lluch) están atravesando una etapa complicada. En todos los casos, parece que lo peor ya ha pasado. Los tres ya atisban una luz al final del túnel. Los tres se han fijado una gran meta, un gran objetivo. Será a finales del verano.
Los dos Dani ni siquiera han competido en este 2019. Ros, el taekwondista, se lesionó en diciembre del pasado año. En concreto, un dedo de su mano derecha. Ha tenido que pasar dos veces por el quirófano. “Ahora, ya veo el final de esta historia. De hecho, si todo va bien, creo que podré reaparecer a mitad de septiembre, en el Grand Prix de Japón”, explica el deportista de Catral.
Lo peor no es la lesión en sí. Tampoco, el dolor físico. Ni siquiera, el pasar dos veces por el quirófano. Lo más desesperante es no poder hacer nada. La ansiedad de no competir. Y más, en un año preolímpico”, comenta Daniel Ros. Ahora, el taekwondista alicantino sólo desea poder afrontar el torneo clasificatorio para Tokio 2020 del próximo año en plenitud de condiciones. “Todavía estoy a tiempo de recuperar el terreno perdido”, añade Ros.
El otro Daniel, Andújar, también está viviendo un horrible 2019. Un año para olvidar. Así lo explica el atleta de 800m nacido en San Vicente del Raspeig. “En realidad, mi calvario empezó en agosto de 2018. En aquel momento, ya afronté el Campeonato de Europa de Berlín con molestias en la rodilla. Sin embargo, lo peor llegó en septiembre, con la llegada de una fascitis plantar en el pie derecho. No pude competir en la temporada de pista cubierta. Y cuando la fascitis empezaba a remitir, en mayo llegaron molestias en los gemelos”, cuenta, resignado, el mediofondista alicantino.
No se espera una reaparición inmediata de Andújar. Curiosamente, el retraso de todas las competiciones por la tardanza en disputarse el Campeonato del Mundo al aire libre (a finales de septiembre, en Doha) se ha convertido en un aliado. Siempre optimista y con una mentalidad de hierro, el atleta FER no se rinde. Es más, lanza este desafío: “el 25 de agosto, reaparezco en la Reunión Internacional de Madrid. Y una semana después, hago la mínima mundialista en el Campeonato de España…”, aventura Andújar.
El tercer protagonista de esta particular cuenta atrás para el resurgimiento es Javier Lluch Pérez. El triatleta valenciano, de 21 años, ha encadenado dos temporadas de más sombras que luces. En 2018, pagó el salto de la categoría junior a la sub-23. Con todo, aún pudo ser bronce en el Campeonato de España absoluto distancia sprint. Durante el presente ejercicio, Javier, quien se encuentra desde hace casi dos años en los Estados Unidos (en concreto, en el estadio de Arizona), ha competido en sendas Copa de América distancia sprint disputadas en el estado de Florida durante el mes de marzo. Aunque las Copa de América no tienen un nivel demasiado exigente, logró buenos resultados: bronce en Clermont y cuarto en Sarasota.
Sin embargo, pocas semanas después, empezó con malas sensaciones tras los entrenamientos. “Mi cuerpo se rebeló ante un exceso de exigencia y carga de trabajo. Paré dos semanas y decidí volver a Valencia un poco antes de lo previsto. Ahora, me encuentro mejor y estoy entrenando con absoluta normalidad. De hecho, hace pocos días, me llevé una alegría al ganar en Galicia el Nacional por clubes. Mis planes pasan por disputar a finales de septiembre el Campeonato de España absoluto distancia olímpica. Antes, me gustaría estar en el Europeo sub-23 que se celebra en Valencia, Ojalá sea posible”, señala el triatleta valenciano. A pesar del ligero estancamiento de los dos últimos años, a Javier Lluch no hay que descartarlo para el futuro. Sus espectaculares éxitos durante su etapa junior (campeón de Europa en 2016 y subcampeón continental en 2017) no pueden ser casualidad.