El espectáculo del triatlón durante 2017 empieza a atisbar su conclusión. A nivel internacional, por ejemplo, el Campeonato del Mundo absoluto toca a su fin. Tras la celebración de 8 Series Mundiales en otras tantas ciudades, Rotterdam acoge este año, del 14 al 17 de septiembre, la novena y última. La que puntúa doble. La que acaba dictando sentencia. La ciudad holandesa coronará al campeón universal del presente ejercicio, un curso post olímpico en el que el tridente español compuesto por Mario Mola (líder momentáneo), Javier Gómez Noya (actual segundo clasificado) y Fernando Alarza (quien se encuentra en cuarto lugar) han ejercido una indiscutible supremacía. Pero también en Rotterdam, se dirimirán los Campeonatos del Mundo en categorías inferiores. En este caso, a una sola carta. En un único evento. Sin clasificaciones parciales tras pruebas precedentes. Y hasta los Países Bajos viajarán dos triatletas del Proyecto FER, Roberto Sánchez Mantecón y Javier Lluch Pérez, quienes han preparado la cita universal en Sierra Nevada durante el tramo final del mes de agosto.
En ambos casos, el Campeonato del Mundo de Rotterdam presenta algunos rasgos comunes. Sobre todo, porque ambos persiguen la confirmación, la ratificación, la validación de sus brillantes resultados en los respectivos Campeonatos continentales. Para Roberto, quien competirá en la prueba de la categoría sub 23 (el de Manises cumple el segundo de los cuatro años como sub 23), la cita prevista en Holanda debe ejercer de consolidación de un curso excelente. De certificación a un crecimiento plasmado en óptimos resultados. Especialmente, con la meritoria sexta plaza firmada en el Europeo del pasado mes de agosto en Hungría. Tras acusar en 2016 el salto de la división junior a la sub 23, el Mario Mola valenciano (al igual que Mola, acostumbra a recuperar en el tramo de carrera el terreno y el tiempo cedidos en la natación) ha experimentado en 2017 una notable evolución. Y su margen de mejora es aún amplio.
Roberto Sánchez debutará en Holanda en un Campeonato del Mundo sub 23. La pasada temporada no estuvo en Cozumel, México. Por tanto, se adentra en un territorio desconocido. No quiere marcarse objetivos, aunque una plaza entre los 12 o 15 primeros colmaría sus objetivos. Y más, considerando que la participación será selecta; incluso, con triatletas que ya han disputado este año Series Mundiales absolutas. Quien sí estuvo en Cozumel en 2016 fue Javier Lluch Pérez. Y los recuerdos no son especialmente gratos. El motivo, un desfallecimiento a causa de unas adversas condiciones climatológicas (extremo calor, extrema humedad). Por ello, para Javier, el Mundial junior (segundo y último año como tal) de Rotterdam también debe servir como un cierto desquite. Como una cierta reparación. Sobre todo, por la mala experiencia del pasado año en la ciudad mexicana. Pero no es la única razón.
Javier ha protagonizado un curso 2017 extraño. Desconcertante. De contrastes. Sin embargo, el joven triatleta FER, de 19 años, posee un gran capital. Un don de inestimable valor. Es un extraordinario competidor. Responde cuando hay que hacerlo. En los días, momentos y competiciones clave. Así lo acreditó el pasado mes de mayo. Tras unos meses sin disfrutar, sin encontrarse a sí mismo, sin experimentar buenas sensaciones, irrumpió como los más grandes en el Campeonato de Europa junior celebrado en Austria. Una medalla de plata que le supo casi igual que el oro conquistado en el Europeo junior de 2016 en Lisboa. Ahora, en pocos días, Javier Luch volverá a poner a prueba su excepcional gen competitivo. Y lo hará en un contexto siempre grandioso: un Campeonato del Mundo. Qué mejor escenario para poner una brillante rúbrica a su etapa como junior. Suerte para ambos.