Cómo un cuerpo tan menudo y diminuto puede esconder un deportista tan fuerte, tan resistente y tan dotado para diversas disciplinas. Ricardo Ten (Valencia, 1975) es el primer sorprendido de las espectaculares prestaciones y resultados firmados en los últimos meses, los que han acogido, casi de forma simultánea, su incorporación y su eclosión en el mundo del ciclismo. Su decisión de volcarse en el deporte de las dos ruedas se está revelando como un acierto. Además, en tiempo récord. Su intuición de que la bicicleta podía convertirse en un filón estaba más que justificada. La medalla de plata en la prueba en línea del Campeonato del Mundo de ruta de Sudáfrica, el primero que disputaba, le reafirma en su apuesta. Su confianza ha crecido exponencialmente. Nunca mejor dicho, la nueva etapa de Ricardo Ten va sobre ruedas.
Antes que nada, enhorabuena por esa medalla de plata en la categoría MC1 del Campeonato del Mundo de Sudáfrica. ¿Eres el primer sorprendido por lo bien y lo rápido que va todo?
En cierto modo, sí. Para mí, el ciclismo no era una disciplina extraña o desconocida. Siempre me había gustado, siempre lo había practicado y siempre se me había dado bien. Pero una cosa es hacer ciclismo como un ejercicio complementario más de tu preparación, y otra muy distinta, decidirte a competir al máximo nivel. Y, de momento, los resultados son muy buenos. Por tanto, sí que estoy gratamente sorprendido. Esta medalla de plata en el Mundial reafirma mi apuesta por el deporte de las dos ruedas.
¿Cómo fue la prueba? Comentas que tuvo una cierta similitud con la Copa del Mundo celebrada a principios de julio en Holanda y en la que alcanzaste el bronce. ¿Por qué?
Porque reconozco que hubo un componente de fortuna. En ambas pruebas, tanto en Holanda como ayer en Sudáfrica, pude esquivar una caída. Si te afecta la incidencia y te quedas cortado, estás sentenciado. Por suerte, en ambos casos iba bien colocado y pude engancharme al grupo principal. Ya en el sprint, intenté el oro, pero el alemán Pierre Senska me superó. En todo caso, muy feliz con la plata.
De momento, mejores resultados en las pruebas en línea que en las contrarreloj. Al margen de que el pasado viernes también estabas un tanto resfriado, ¿a qué se debe, qué explicación le encuentras?
Pienso que la contrarreloj es una modalidad más dura y exigente. Requiere de un esfuerzo sostenido y prolongado durante más tiempo, y yo todavía no tengo la suficiente fuerza o capacidad aeróbica para estar con los mejores. Necesito más aprendizaje, más experiencia. Mientras, las pruebas en línea ofrecen momentos más intensos y explosivos para los que sí estoy más preparado.
Esta medalla de plata en el Mundial de Sudáfrica demuestra que el objetivo de llegar a Tokio 2020 (serían tus sextos Juegos Paralímpicos) encima de una bicicleta empieza a tomar cuerpo…
De momento, no quiero ni pensarlo. Aunque el tiempo pasa rápido, los 3 años que quedan para que llegue Tokio 2020 es una eternidad. Claro que sueño y me ilusiono con esa posibilidad, pero, por ahora, solo quiero disfrutar del nuevo camino emprendido. Si llega el momento y puedo competir en Tokio, lo celebraré. Pero todo a su tiempo.
Por último, dentro de un mes, afrontas el Campeonato del Mundo de natación en México, tu última gran competición internacional en una piscina. Con tal cúmulo de emociones y sensaciones entre las alegrías del ciclismo y el adiós a la natación, ¿se puede disputar una cita así con la cabeza fría?
Difícil. México va a ser una cita muy especial. Es cierto que demasiadas emociones en muy poco tiempo. Esperemos dominarlas. Tendremos que echar mano de la experiencia y del autocontrol para mantener la cabeza serena, pero no será fácil. Decir adiós a la piscina después de más de 20 años…