Polina Berezina y Alba Bautista: entre las emociones del pasado y los planes del futuro

La búlgara Stiliana Nikolova fue una de las grandes estrellas de la gimnasia rítmica durante el último ciclo olímpico. Su cosecha de triunfos en los principales eventos internacionales resultó apabullante. Por ejemplo, acumuló seis medallas entre los Campeonatos del Mundo de 2022 y 2023. O totalizó nueve metales entre los tres últimos Campeonatos de Europa, desde 2022 hasta 2024. Con semejante trayectoria, Nikolova aterrizaba en los Juegos Olímpicos de París como una de las grandes aspirantes a, cuanto menos, ocupar una plaza en el podio. Sin embargo, la deportista búlgara ni siquiera pudo convertirse en una de las 10 finalistas. De la dulzura de los éxitos, a la amargura del fracaso. Además, en el instante menos deseado, en el evento más señalado. Valga esta introducción para reflejar la dureza y la inclemencia del deporte de élite, un ámbito que no entiende de favoritismos. Tampoco, de clases sociales. Y menos aún, de quinielas o conjeturas.

Al tiempo que la insigne Nikolova sufría su particular descalabro en el torneo olímpico de París, las gimnastas FER Polina Berezina y Alba Bautista experimentaban sentimientos encontrados. Por una parte, la ilusión incontenible, la emoción inconmensurable, por debutar en la cita cumbre del deporte mundial. Por otra, la decepción considerable, la tristeza notable, de no ofrecer el nivel deseado. Una discreta puesta en escena nada más empezar la competición (en concreto, en el ejercicio de pelota) les penalizó, les condicionó. Alba, que llegaba pletórica y rutilante a París, ya no pudo enderezar el rumbo. Polina, que se presentaba en la capital francesa sin exhibir su mejor versión en las semanas previas, sí mejoró con el transcurso del torneo, pero no lo suficiente como para meter la cabeza en la final. Cinco semanas después de aquel intenso y agridulce episodio, y con la nueva pretemporada ya en marcha, hablamos con las dos gimnastas del Proyecto FER.

Transcurridas cinco semanas desde que competisteis en los Juegos de París, tras descansar durante el verano, y tras los pertinentes análisis, ¿cuál es vuestro diagnóstico?

Polina Berezina: En mi caso, pagué muy caro el fallo con la pelota. Este error, nada más empezar, me alejó de la final. Pero me quedo con mi reacción en los tres aparatos posteriores, en los que, por cierto, creo que podían haberme dado notas más altas.

Alba Bautista: No deja de ser curioso que el ejercicio de pelota, el que más alegrías me había dado en los últimos meses y con el que más segura me sentía, fuera el que me penalizara en los Juegos. Por desgracia, no lo pude clavar. Además, fue el primero de los cuatro. Es decir, empezar mal me bloqueó mentalmente. Y no pude recuperarme. A grandes rasgos, esto es lo que me ocurrió.

¿Volvisteis muy decepcionadas? ¿O tampoco tanto?

Alba: Volví decepcionada, claro, porque llegaba a París en muy buena forma y con expectativas altas. Me supo muy mal no poder mostrar todo el trabajo que habíamos hecho antes de los Juegos. Pero he de decir que me animaron mucho los consejos y las reflexiones que me dieron otros deportistas de la delegación española con más experiencia en los Juegos. Fue como una terapia. Les estoy muy agradecida.

Polina: Obviamente, me hubiera gustado conseguir un mejor resultado, pero quise anteponer la experiencia que viví. Aunque soy ambiciosa, pensándolo fríamente, llegar a unos Juegos ya tiene mucho mérito, mucho valor. Fue un orgullo representar al deporte español en el evento más celebre. Por fin, pude cumplir el sueño que tenía desde pequeña. Disfruté de cada momento. Muchas emociones

Arrancan un nuevo curso y un nuevo ciclo. Por tanto, cambia el código de puntuación; cambian, digamos, las reglas del juego. ¿Qué sabéis? ¿En qué os beneficia y en qué os perjudica?

Polina: En general, creo que beneficia a las gimnastas que tienen mucho giro. Por lo que respecta a nosotras, en cierto modo, nos beneficia, porque da más relevancia a lo artístico, a lo expresivo. Las españolas tenemos mucho carácter en el tapiz y eso se puntuará más a partir de ahora.

Alba: Estamos en pleno estudio del nuevo código. Como es habitual, tenemos que prescindir de algunos elementos y podemos incorporar otros. Pero, a grandes rasgos, creo que me puede beneficiar, porque va a premiar puntos fuertes de mi gimnasia como son la expresividad, la explosividad o el apartado más físico.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro? ¿Seguir, de momento un año, y extraer conclusiones a finales de 2025? ¿O, si podéis, y las lesiones os respetan, intentar llegar a Los Ángeles 2028?

Alba: Lo ocurrido en París no altera mis planes y objetivos. Mi idea es seguir todo el ciclo e intentar llegar a Los Ángeles 2028. Tengo 22 años y en estas próximas temporadas estaré en plena madurez.

Polina: De momento, continúo, pero paso a paso, sin marcarme objetivos a largo plazo. Vamos a ver qué tal respondemos cuando empecemos a competir y vamos a ver qué tal se nos da 2025. Objetivo a objetivo. Y dentro de un año, decidiremos.