Entre los muchos retos que los componentes del Proyecto FER afrontan en las próximas semanas, sobresale el de Polina Berezina. La gimnasta de origen ruso, pero formada deportivamente en la Comunitat Valenciana, tiene por delante un desafío mayúsculo: conseguir la clasificación para los Juegos Olímpicos de este próximo verano en Tokio, una aventura intensa y apasionante que se inicia este mismo fin de semana. Porque después de un 2020 sin apenas competiciones internacionales (sólo se disputó en el mes de noviembre un descafeinado Campeonato de Europa en Ucrania), la gimnasia rítmica recupera el pulso. Una reactivación muy especial que va a conceder los últimos cuatro pasaportes olímpicos en la modalidad individual. Y Polina aspira a ser una de las cuatro privilegiadas.
Del 26 al 28 de marzo, en Sofía, Bulgaria; del 16 al 18 de abril en Tashkent, Uzbekistán; del 7 al 9 de mayo, en Bakú, Azerbaiyán; y del 28 al 30 de mayo, en Pesaro, Italia. Éstas son las fechas y las sedes de las cuatro Copas del Mundo que van a conceder tres plazas olímpicas para Tokio. A la conclusión de estos cuatro torneos, las tres deportistas más regulares de las 16 que, en septiembre de 2019, no se clasificaron para los Juegos vía Campeonato del Mundo de Bakú, lograran el premio gordo.
Soy consciente de que el objetivo es complicadísimo y de que la competencia es feroz, pero, de verdad, me veo con opciones
Polina Berezina
Polina Berezina, de 23 años, aspira a ser una de las tres elegidas. “El aplazamiento de los Juegos hasta 2021 y el disponer de más tiempo nos han permitido incrementar la exigencia y la dificultad de los ejercicios. Soy consciente de que el objetivo es complicadísimo y de que la competencia es feroz, pero, de verdad, me veo con opciones. Aunque ya ha pasado más de un año y medio, mis prestaciones en el Mundial de Bakú representaron un antes y un después. Me dieron confianza. Si mis condiciones físicas me respetan, estoy segura de que puedo conseguirlo”, señala la deportista FER.
En el caso de que, una vez acabadas las cuatro Copas del Mundo, Polina Berezina no hubiera sido una de las tres afortunadas, la gimnasta del Proyecto FER aún dispondría de una última oportunidad. En este caso, a través del Campeonato de Europa, certamen que concede un cuarto billete olímpico en la modalidad individual, y que se celebrará en Bulgaria del 9 al 13 de junio, a apenas un mes de los Juegos de Tokio. Preguntada sobre cuál de las dos vías, o las Copas del Mundo o el Europeo en Bulgaria, le inspira más optimismo, Polina no sabe muy bien lo que contestar.
“Es una cuestión realmente complicada de responder. A priori, aunque sea por una simple razón numérica o estadística, parece que puede haber más opciones en las Copas del Mundo, pero, quizás, también haya mucha más competencia en esas cuatro Copas que en el Campeonato de Europa. También es una incógnita saber cuál será mi rendimiento técnico y mi respuesta física en las primeras Copas del Mundo después de un paréntesis tan largo sin competiciones del máximo nivel. Ya digo, no es una pregunta de fácil respuesta”, señala Berezina, mejorada de las molestias en la espalda de los últimos 6 meses.
El conjunto, también a escena
No sólo Polina Berezina va a reaparecer en breve con su presencia en la Copa del Mundo que se celebra en Sofía. También vuelve a comparecer el conjunto, inédito en eventos oficiales desde septiembre de 2019, momento en que disputó el Campeonato del Mundo en Bakú. Tras los cambios aplicados por Alejandra Quereda, la seleccionadora española, durante el pasado verano, en nada se parece el actual combinado nacional al que disputó el mencionado certamen mundialista hace ya año y medio.
Con respecto a aquel precedente, la única superviviente es Ana Gayán, deportista valenciana e integrante del Proyecto FER. El resto de las componentes son las que en 2019 consiguieron brillantes resultados en la categoría junior. De momento, en el combinado convocado para la Copa del Mundo de Bulgaria, figura Ana como única valenciana. El momento de la verdad para el equipo español llegará en el Europeo de Bulgaria, certamen en el que se asignará el último pasaporte olímpico en esta especialidad de conjuntos.