Salvo excepciones muy contadas, la mayoría de los deportistas acusan el cambio de categoría de edad. La temporada del salto a una división superior suele ser difícil. Ese ascenso se acusa. A este escenario se han enfrentado, durante esta pasada temporada, dos deportistas del Proyecto FER: el ciclista Pau Martí Soriano y el triatleta Miguel Guzmán Tafalla. Los dos han cubierto el primer curso como sub-23. Los resultados no han sido los deseados. No obstante, están seguros de que sólo ha sido una piedra en el camino. Están convencidos de que el nuevo curso ofrecerá una historia totalmente distinta. Hoy, nos ocupamos de Pau.
Sus dos cursos como junior, en 2021 y 2022, depararon grandes momentos y brillantes resultados. En esas dos temporadas, Pau Martí Soriano (Moixent, 19 años) demostró que estaba en la buena dirección. Apuntaba a ciclista muy interesante. Su progresión ha experimentado una momentánea ralentización en los últimos meses. El deportista FER ha sufrido los rigores del salto de la categoría junior a la sub-23. Pese a ello, ha sido capaz de, por ejemplo, ser 12ª en la Paris Tours 2023, o de concluir en la 13ª plaza en el Giro de Lombardía. Así se refiere al pasado y así mira hacia el futuro.
Se acusa, sí. Es el salto de categoría que más se nota. Las categorías previas (cadete o junior) abarcan dos años. Mientras, la sub-23 comprende cuatro temporadas. En mi caso, además, al pasar directamente al campo profesional, de la mano del Israel Premier Tech Academy, lo he experimentado con mayor intensidad. En todas las carreras, he competido ante los mejores sub-23 del mundo.
Sobre todo, en la carga de entrenamientos. En 2022, en mi segundo y último curso como junior, entre entrenamientos y carreras, acumulé unos 15.000 kilómetros. Por contra, en 2023, en mi estreno como sub-23, he cubierto casi 24.000 km. Otra gran diferencia son las distancias de las carreras, bastante más largas en sub-23 que en junior. Y, cómo no, lo he percibido en el nivel, en la exigencia, en el ritmo… A principio de año, yo iba a las pruebas a aprender, sin saber lo que me encontraría, pero, a medida que ha ido avanzando la temporada, me encontraba más competitivo, con mejores sensaciones, con menos complejos.
Si tuviera que quedarme con algunos resultados, elegiría la 13ª plaza en el Lombardía Under 23, una de las clásicas italianas más prestigiosas. Y también, con el sexto lugar en la última etapa del Giro del Valle de Aosta. En esa jornada, después de 5 días de alta montaña, fui capaz de estar arriba y de disputar la victoria a los participantes más poderosos.
Soy optimista, sí. Como he comentado antes, he terminado muy animado la temporada, porque en las últimas carreras me he visto infinitamente mejor que a principios del curso. Creo que en 2024 ya estaré adaptado casi al 100% a esta nueva categoría. Y estoy convencido de que podré luchar por la victoria en pruebas en las, durante este año, acabar entre los 15 primeros ya era un éxito.
De cara a 2024, el objetivo es ser convocado por la selección española para disputar los Campeonatos del Mundo y de Europa sub-23, así como conseguir alguna victoria con mi equipo en pruebas internacionales.