Casi un año. Una eternidad. Mucho tiempo después, Pablo Torrijos, uno de los principales abanderados del atletismo valenciano, regresa al tartán. Pablo no compite desde el pasado 3 de agosto, fecha de infausto recuerdo. En aquella jornada, el deportista castellonense, de 30 años, se lesionó (rotura parcial de la fascia plantar) minutos antes de afrontar el triple salto en los Juegos Olímpicos de Tokio. No obstante, el cupo de infortunios no se agotó el pasado verano. A principios de 2022, el atleta FER volvió a sufrir nuevos percances y no pudo competir en la temporada de pista cubierta. Ahora, tras un larguísimo paréntesis, Torrijos está apto para volver al foso de arena. El triplista castellonense reaparece este próximo sábado, 4 de junio, en la Reunión de Andújar, Jaén.
Recuperar el nivel, la madurez y la regularidad del año 2020. Ese es el gran objetivo del atleta FER. En marzo, días antes de la aparición de la pandemia, el domingo 1 de marzo de 2020, el deportista FER rompía todos sus límites al volar hasta unos imponentes 17,18m en el transcurso del Nacional de pista cubierta en Ourense. Meses más tarde, un 29 de julio, firmó en Castellón su mejor salto español de la historia al aire libre; 17,09m. Desde ya, Pablo inicia una lucha contra sí mismo y contra el reloj de cara a las dos grandes citas internacionales de este apasionante verano: el Campeonato del Mundo (en julio, en Estados Unidos) y el Campeonato de Europa en agosto (en agosto, en Múnich).
Me encuentro cada vez mejor, pese a que, quizás, no esté como en otros años a estas alturas de la temporada. Hay que tener en cuenta que no empecé a entrenar con cierta normalidad hasta abril. Es decir, acumulo un ligero retraso por culpa de la lesión que me impidió competir el pasado invierno, un edema óseo en el calcáneo. No comencé a impactar sin molestias en los entrenamientos hasta bien entrado el mes de abril. Afortunadamente, voy mejor y estoy en fase ascendente.
Sinceramente, no lo sé. Repito que estoy bastante bien, pero, como siempre ocurre, serán las competiciones las que me coloquen en mi sitio. Espero no necesitar muchas, porque estamos a menos de un mes para que se cierre la clasificación para el Campeonato del Mundo (el plazo de mínimas o de world ranking acaba el 26 de junio) y tampoco tenemos mucho tiempo por delante.
Soy optimista. Por todos los contratiempos sufridos y por ese cierto retraso al que aludía antes, no sé si será ahora, en julio o en agosto, pero estoy convencido de que puedo rondar o superar la frontera de los 17 metros con cierta asiduidad.
Considero que tengo muchas opciones. Para el Europeo de Múnich en agosto, no creo que haya problema, puesto que la mínima es relativamente accesible y, además, hay tiempo por delante. En cuanto al Mundial, es diferente, tanto por la dificultad de la marca exigida, como por los plazos. Tenemos, repito, hasta el 26 de junio. No obstante, con este comentario, no me estoy resignando. El objetivo es estar en ambos eventos.
Aunque suene a tópico, la competencia, siempre ayuda, siempre es buena. Nos obliga a superarnos y a sacar lo mejor de nosotros mismos. No sólo lo digo por Jordan. También me refiero a Marcos Ruiz, que está pletórico en este arranque de aire libre. Todo ello va a redundar en bonitas luchas en los torneos.