A estas alturas del año, con los Juegos de París a nueve meses vista, una medalla en un torneo intencional puntuable para el ranking olímpico es como un tesoro. Un paso de gigante. Un impulso que te acerca a la meta. Este pasado viernes, cuando arrancó el Pro Tour Challenge de vóley playa en Goa, India, Pablo Herrera hubiera firmado, muy posiblemente, subir al podio para recibir una medalla de plata. Ayer, nada más finalizar el torneo y perder la gran final ante los austriacos Seidl y Pristauz Telsnigg, el longevo deportista FER y su inseparable compañero, el gaditano Adrián Gavira, experimentaban una sensación muy extraña Agridulce. No podían disfrutar, ni celebrar, plenamente un muy buen resultado. No daban crédito a lo que les había ocurrido. No asumían que, con su experiencia y veteranía, se les hubiera escapado un partido que tenían en la mano. Al tiempo, sabían que esa plata tenía un gran valor.
“Estamos disgustados. Son incontables los encuentros que Adri y yo hemos disputado en los últimos 15 años, desde que estamos jugando juntos. Y, que yo recuerde, nunca nos había ocurrido lo que nos sucedió ayer. Nunca habíamos perdido un partido con un 14-9 a nuestro favor en el último set, en el desempate. Habíamos sido capaces de remontar un resultado así en contra, pero creo que jamás dilapidamos 5 bolas de partido consecutivas. Nos quedamos perplejos y descolocados. No teníamos respuestas. No entendíamos como habíamos desaprovechado una oportunidad tan buena de proclamarnos campeones de un Pro Tour Challenge. Pero, a veces, el deporte ofrece acontecimientos increíbles. Como el de ayer”, explica Pablo Herrera.
El cortocircuito de esos infaustos cuatro minutos no empaña un torneo casi impecable. Pablo Herrera y Adrián Gavira no sólo ganaron los cinco partidos anteriores a la gran final. Además, en esos cinco encuentros (los dos de la fase de grupos y los tres de los cruces directos) sólo cedieron un set. “Superada la frustración inicial de ese desenlace tan inesperado, nos quedamos con el juego que estamos desplegando en los últimos torneos y con el nivel que hemos mostrado este fin de semana en la India. Estamos muy contentos porque somos regulares y competitivos. Y, sobre todo, porque el objetivo de llegar a los Juegos de París está cada vez más cerca. De hecho, este podio nos va a dar un empujón muy fuerte en el ranking olímpico”, comenta el componente del Proyecto FER (Castelló de la Plana, 42 años).
Con el de ayer, Pablo Herrera logra el segundo podio del año. El primero, una medalla de oro, llegó en el Pro Tour Challenge de La Paz, en México, torneo celebrado a mediados de marzo. También son destacables las quintas plazas alcanzadas en el Élite de Doha, en el Challenge de Itapema, en el Challenge de Espinho y en el Elite de Hamburgo. Pero el vértigo no para. El carrusel de competiciones no se detiene. Dentro de dos semanas, del 2 al 5 de noviembre, el deportista castellonense afrontará un nuevo Challenge. Será en China. Otra oportunidad para acercarse al billete olímpico y para, en el caso de conseguir competir en París 2024, convertirse en el primer jugador de vóley plata en la historia que disputa seis Juegos. Para quitarse el sombrero. En este caso, la visera.