Como practicantes de una modalidad minoritaria, la mayor presencia mediática obtenida hasta la fecha respondía a motivos extradeportivos. En concreto, a la lección de humanidad y altruismo demostrada a principios de año, cuando ayudaron a la población de las islas Fiyi a combatir los devastadores efectos del ciclón Winston. Sin embargo, desde el pasado 19 de junio, los doce componentes de la selección masculina de rugby 7 también pasan a ser célebres por el ejercicio de su disciplina. La razón, una gesta histórica: la clasificación para los Juegos de Rio tras ser el mejor de los 16 combinados presentes en el Preolímpico de Mónaco. Entre los doce artífices de este memorable logro, figuran tres deportistas del Proyecto FER: César Sempere, Matías Tudela y Javier Mario Carrión. Horas después de su heroicidad, éstas son sus reflexiones.
Un titular periodístico para definir lo conseguido…
César Sempere: Un sueño hecho realidad a pesar de las adversidades
Matías Tudela: Si no lo esperas, créetelo.
Javier Mario: Una selección que creyó y lo consiguió
¿Sois los primeros sorprendidos o pensabais que era posible?
CS: Ha sido un año muy complicado por las lesiones. Veníamos de hacer una primera jornada del Europeo bastante discreta. Entendíamos que poca gente del entorno confiara en la selección, pero nosotros no pensábamos que fuera del todo imposible. Además, para muchos componentes del equipo era una especie ahora o nunca.
MT: Si soy sincero, todavía no soy consciente de la hazaña lograda. Creo que nos ha ayudado el no ir de favoritos, el ir de tapados. Obviamente, éramos conscientes de que el objetivo se presentaba durísimo, pero también pensábamos que teníamos nuestras opciones. Al final, hemos conseguido el mejor logro histórico del rugby español.
JM: Si no hubiésemos creído que podíamos lograrlo, no se habría alcanzado. Ese ha sido nuestro secreto: la fe, la convicción, el no dar nada por imposible. La prueba más evidente son las victorias en la semifinal y la final cuando los partidos ya parecían perdidos.
Decidnos una imagen del fin de semana con la que os quedáis y que no se os olvidará jamás
CS: Las caras de concentración y unidad de todos y cada uno de nosotros desde que llegamos a Mónaco.
MT: La última jugada de la final, la que supone el ensayo de la victoria y la clasificación para los Juegos. Cuando Iñaki Villanueva eleva la bola para que la capture Iggy Martín, se paró el tiempo. Después, ya fue una locura colectiva. Indescriptible. No hay palabras para definir lo vivido.
JM: El momento en que Iggy Martín ensaya y logra la victoria. Esa escena no se me olvidará nunca. No es fácil explicar lo que sentí en ese momento. Uno se hace deportista para vivir momentos como éste.
Por último, ya sois una de las doce selecciones de Río 2016. ¿Se puede soñar con una medalla o ya son palabras mayores?
CS: Claro que se puede soñar con subir al podio. Después de lo logrado en Mónaco, ya todo es posible. Vamos a competir con las once mejores selecciones del mundo, pero hemos demostrado que también somos uno de los mejores combinados del mundo.
MT: Yo ya nos veo capacitados para todo. Nuestra fuerza, autoestima y confianza ya están por las nubes. Hemos demostrado que podemos competir de tú a tú con cualquier rival. Pienso en oro, pero la plata también me vale…
JM: Ahora ya todo es posible. Después de ganar a Rusia y, sobre todo, a Samoa, quién puede decir que no estamos aptos para aspirar a todo en los Juegos. Una vez allí, todo puede ocurrir.