En la actualidad, la natación de la Comunitat Valenciana tiene a Lidón Muñoz como su gran abanderada. La nadadora FER, de 25 años, no sólo es referencia autonómica. También, nacional. Ya es una habitual en las selecciones españolas que compiten en los grandes eventos. De hecho, si no pasa nada extraño, Lidón participará, el próximo verano, en los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras su estela, aparece un nutrido grupo de jóvenes deportistas que aspiran a emular la progresión y los logros de la castellonense. Muchos de ellos pertenecen al Proyecto FER: Yeray Izquierdo, Carla Hurtado, Marina Lázaro, Pedro Sánchez Castillo, Ángela Martínez Guillén, Nacho Campos Bea… Todos los citados pertenecen, todavía, a las categorías infantil o junior. En un escalón intermedio, se sitúan Mikel Bonal y Alba Herrero. Ambos forman parte ya de la categoría absoluta. Y ambos acaban de iniciar nuevas etapas. Desde principios de septiembre, se encuentran en Valencia.
Alba, de 18 años, ha abandonado su Elda natal y la piscina Esperanza Lag de Elche, en la que se inició y en la que dio sus primeras brazadas de calidad. Mikel, quien alcanzará la mayoría de edad en noviembre, ha dejado atrás la localidad de Petrer. En tanto que dos de las grandes esperanzas de la natación valenciana, la Federación Autonómica los ha reclutado en Valencia. Se entrenarán en las piscinas de la Petxina y de Abastos. Ambos no han podido competir en todo el año. Alba Herrero, especialista, principalmente, en los 400m libres, cumplía en 2020 su primera temporada como absoluta. Mikel, por su parte, se despedía de la etapa junior. Como gran objetivo, el bracista alicantino se había planteado su presencia en el Campeonato de Europa de la categoría. Por desgracia, la pandemia del covid-19 ha abortado todos estos planes.
“La Federación me lo propuso y me pareció una buena idea. En lo deportivo, podré seguir entrenando al máximo nivel. Además, podré compaginar perfectamente la práctica deportiva con los estudios universitarios (en concreto, Magisterio) iniciados”, explica la eldense Alba Herrero. En términos similares, se expresa Mikel Bonal, quien también acaba de comenzar el Grado en Magisterio. “Al margen de poder combinar a la perfección deporte y estudios, consideré que la propuesta representaba una gran oportunidad de seguir creciendo”. Ambos echarán en falta a sus familiares, amigos y ex compañeros de club. “He venido a Valencia con la máxima de las motivaciones, pero es fácilmente imaginable que voy a extrañar a los más próximos. Pero no es una separación absoluta. Al fin y al cabo, estamos relativamente cerca y nos seguiremos viendo los fines de semana”, señala Alba.
Los dos nadadores valencianos indican que está siendo un año “tan raro como complicado. Yo, por ejemplo, estaba tremendamente ilusionado con la opción de poner fin a etapa junior con la disputa del Campeonato de Europa. Ha sido un trago difícil de asimilar, pero no queda otra que resignarse”, comenta Mikel Bonal. Alba, por su parte, se estrenaba en 2020 en la categoría absoluta. “No ha sido el mejor año. Afrontaba este ejercicio como el de la adaptación a la nueva categoría, pero no ha sido posible. Ha sido un curso perdido. Estar tanto tiempo sin competir e, incluso, sin entrenar en la piscina es desesperante. Necesito urgentemente volver a sentir esa adrenalina”, aporta Alba.
Tanto Alba como Mikel tienen en el horizonte un estímulo. Si se celebra y no se cancela, en noviembre se disputará en Castellón el Campeonato de España absoluto de invierno en piscina corta. “Saber que, dentro de dos meses, tenemos el Nacional de invierno es todo un aliciente”, expresa Alba. “Allí espero estar”, comenta, por su parte, Mikel, quien añade: “será mi primer evento como absoluto. Espero estar a la altura, aunque mi primer objetivo será adquirir experiencia”, concluye el nadador alicantino.