La factoría de Benimaclet sigue dando sus frutos. Bajo la coordinación y dirección de los emblemáticos Sugoi Uriarte y Laura Gómez, el CEAR (Centro Especializado de Alto Rendimiento) de judo de Valencia continúa revelándose como un núcleo deportivo muy fértil y productivo. La última demostración llegó esta pasada madrugada con la medalla de bronce lograda por Marina Castelló (Alicante, 20 años) en el Campeonato del Mundo junior, evento que se está celebrando en Ecuador. Un podio terapéutico y revitalizante para Marina, inmersa en una temporada 2022 nada fácil.
En gran medida, la medalla de bronce alcanzada en Ecuador llegó desde el suelo, con la especialidad de la casa, con ese mágico recurso “ideado” por Sugoi y Laura, y que tantos réditos ha dado, por ejemplo, a Julia Figueroa y Ana Pérez. Ayer, Marina (menos 52 kg) ganó el primer combate, el de octavos, perdió el segundo, el de cuartos, venció el de la repesca y, gracias a un ippon por inmovilización, superó en la contienda definitiva por el podio a la húngara Rebeka Keller. De esta forma, la judoca FER consigue el resultado más brillante de su carrera deportiva, mejora claramente la séptima plaza lograda en el Mundial de 2021 y recibe toda una inyección de optimismo de cara a su último gran torneo del año, el Campeonato de Europa junior (del 16 al 18 de septiembre, en Praga).
Sin ninguna duda. En los últimos años, había tenido muy buenos momentos, pero ninguno es comparable con éste. De hecho, cuando gané el combate por el bronce, no pude contener la euforia. Nunca había experimentado una emoción tan intensa. Sentí alegría, pero también alivio. Era un resultado muy perseguido y soñado.
Aunque suene a tópico, esta medalla representa la recompensa a todo el esfuerzo, a todo el trabajo, y a todos los buenos y los malos momentos de los últimos meses. En efecto, no está siendo un curso fácil, pero nunca me he rendido. Además, he conseguido alcanzar mi mejor momento de forma, tanto mental como físico, en el instante adecuado. Quiero agradecer todo el apoyo recibido por parte de mis entrenadores, de mis compañeros y, cómo, de mi familia, que siempre está a mi lado en todo momento.
Eso parece (risas). Siempre he trabajado mucho en esta técnica. Además, es uno de los principales recursos que nos transmiten Sugoi y Laura. Se me da bien, no hay duda. Ahora, se trata de seguir mejorando en el resto de las técnicas y opciones para ser una judoca más completa.
Ahora mismo, si pudiera, lo disputaría nada más volver a Europa, pero seguro que, dentro de unos días, en cuanto me tranquilice y asimile esta euforia, prepararé a conciencia el Campeonato de Europa. Es un evento en el que quiero quitarme las espinas de las dos últimas ediciones, en las que caí eliminada en las primeras rondas. Voy a por todas. Voy a por medalla. Y, a ser posible, que sea de un color distinto al bronce. Para conseguirlo, he de trabajar al máximo en estas cuatro semanas que quedan.