Desde junio de 2016, el rugby 7 masculino español tiene inmortalizado un momento. Fue un instante único, memorable, difícilmente repetible: el ensayo firmado por Ignacio Martín, “Iggy”, en el último suspiro del Preolímpico celebrado en Mónaco. Aquel milagroso lance en el decisivo encuentro ante Samoa permitió que el combinado nacional (en cuyas filas se encontraban los históricos jugadores valencianos César Sempere, Matías Tudela y Javier Mario Carrión) se clasificara, contra todo pronóstico, para los Juegos Olímpicos de Río 2016. Seis años después, el rugby 7 femenino español también ha disfrutado de un momento especialmente emotivo. El pasado domingo 17 de julio, Paula Requena hizo de Ignacio Martín. De nuevo, un ensayo, en los últimos segundos, con el tiempo prácticamente agotado. No fue en Mónaco, sino en Bucarest. El rival no era Samoa, sino Bélgica. Y no concedió un billete olímpico, pero sí, un pasaporte mundialista (Sudáfrica, del 9 al 11 de septiembre de 2022).
Dos deportistas del Proyecto FER, María Calvo e Ingrid Algar, fueron testigos y partícipes directos de este mágico desenlace. La primera, de hecho, se encontraba en el terreno de juego. “Faltaba menos de un minuto para la conclusión del partido. La posesión era para Bélgica. Decidieron ir a touch. Sabíamos que, o robábamos, o estábamos perdidas. Recuperamos el balón. Tuvimos calma y paciencia. Hasta que, a falta de 10 segundos, llegó el ensayo de Paula. No fue, ni mucho menos, nuestro mejor partido en los últimos tiempos. No estuvimos especialmente acertadas y jugamos muy nerviosas por todo lo que había en juego. Pero esa resolución lo compensó todo. Fue un momento indescriptible. Tardaremos en olvidarlo” expresa María Calvo (Moncada, 23 años). En la misma línea se expresa Ingrid Algar, nacida en Barcelona en 1998, pero residente en la Comunitat Valenciana desde los 13 años. “Yo había sido sustituida pocos segundos antes. Lo vi y lo viví desde el banquillo. Experimenté una explosiva mezcla de emociones”, apunta Ingrid.
La selección española, dirigida por el valenciano Pedro de Matías, se dispone a afrontar en Sudáfrica (del 9 al 11 de septiembre) su cuarto Campeonato del Mundo. En el último, el celebrado en la ciudad estadounidense de San Francisco en el año 2018, “Las Leonas” concluyeron en una fantástica quinta plaza. En esta ocasión, los 16 combinados nacionales participantes se enfrentan a un formato de competición con eliminatorias directas, con partidos a cara o cruz. El rival en los octavos de final será Inglaterra. “Obviamente, será un rival complicado, pero creo que podemos ganarles. De hecho, en la última Serie Mundial de esta temporada, la disputada en Toulouse durante el mes de mayo, les superamos. Si pasamos, casi seguro, nos tocaría en cuartos de final Australia, lo cual ya son palabras mayores”, explica María Calvo, que, al igual que, Ingrid, se dispone a jugar su primer Campeonato del Mundo.
De momento, el año 2022 ha dejado, para “Las Leonas” dos buenas noticias, la continuidad en las Series Mundiales y la clasificación para el Campeonato del Mundo, y una ligera decepción, la sexta plaza, que sabe a poco, en el Campeonato de Europa. “Somos demasiado irregulares. Nos comportamos como una montaña rusa. En un mismo torneo, podemos hacer partidos excelentes y otros, muy flojos. Tenemos que intentar ser más regulares y constantes”, señala Ingrid Algar. Mientras el diagnóstico de María Calvo es el siguiente: “No somos un equipo que destaque por el físico. En general, la mayoría de los rivales tienen jugadoras más altas y grandes. Pero somos hábiles. Y, sobre todo, se ha demostrado que, cuando estamos concentradas y jugamos en equipo, somos mucho mejores, somos más peligrosas. Si cada una de nosotras hace la guerra por su cuenta, estamos perdidas”.
Por último, en el horizonte, el desafío de los Juegos Olímpicos de París 2024. Tanto Algar como Calvo definen el reto como “difícil, pero factible. El nivel internacional es altísimo, pero creo que tenemos nuestras opciones. Sin ir más lejos, lo hemos demostrado con el acceso al Campeonato del Mundo. Además, a partir de ahora, va a haber más concentraciones y un plan de entrenamientos mucho más estricto. Todo ello y la continuidad en las Series Mundiales, que nos van a permitir enfrentarnos con los mejores combinados del mundo, nos hace ser optimistas”, apuntan, para concluir, María e Ingrid. A ambas, de momento, en un mes, les espera el Mundial en Sudáfrica.