Manu Bargues no pudo asistir el pasado viernes 21 de abril a la presentación del FER 2017. Había un motivo de peso. El deportista valenciano, de 22 años de edad, era uno de los cuatro componentes de la selección española presentes en Bielorrusia, escenario del Campeonato de Europa sub 23 de esgrima. Durante ese viernes, Manu no podía imaginar que estaba a tan solo tres días de alcanzar uno de los principales éxitos de su incipiente y prometedora carrera deportiva: la medalla de oro con el combinado nacional en el torneo por equipos del certamen continental sub 23. Un gran logro que avala, más si cabe, a este joven conjunto español y que lo consagra como una firme esperanza para que la esgrima española, ausente en Río 2016, se clasifique para los Juegos Olímpicos de Tokio. Horas después del oro europeo, estas son las reflexiones de Manu Bargues.
Antes que nada, enhorabuena por la medalla de oro en la competición por equipos del Europeo sub 23. ¿Lo esperabais?
Por lo menos, esperábamos subir al podio. El pasado año, en Bulgaria, acabamos séptimos y nos quedamos cerca de las medallas. Creo que formamos un cuarteto muy competitivo. Esta medalla de oro sub 23 no es nuestro primer éxito importante a nivel internacional. Por tanto, veníamos con muchas expectativas. Para nosotros, no ha sido ninguna sorpresa, pero sí una enorme alegría.
Los mismos cuatro componentes ya conseguisteis la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo del año 2013. ¿Con cuál de los dos logros te quedas?
Con los dos por igual. Aquel bronce junior del año 2013 también fue espectacular. Primero, por ser en un Mundial; y después, por el mérito de subir al podio de un certamen universal en nuestro primer año como junior. Y este oro europeo sub 23 también tiene un gran valor porque refuerza nuestro trabajo y nos avala como las grandes esperanzas de la esgrima española para el presente y el futuro más inmediato.
Dos días antes del oro por equipos con la selección, habías sido noveno en el torneo individual de este mismo Campeonato de Europa sub 23. ¿Qué sensaciones te dejó esa novena plaza individual?
Muy buenas, la verdad. Pienso que hice una brillante competición individual. Completé una poule o fase clasificación impecable, con 6 victorias en 6 combates. Luego, quedé exento en el primer cruce, gané los dieciseisavos de final y perdí en octavos contra un rival polaco, aunque compitiendo de tú a tú. En ese momento, me quedé un poco decepcionado, porque rocé la lucha por las medallas. Pero ahora, con una mayor perspectiva, el balance es bueno. Y tras el oro por equipos, es excelente.
Has comentado antes que este cuarteto campeón de Europa sub 23 se consagra como una gran esperanza de presente y de futuro para la esgrima española. ¿Tanto para pensar que podéis llegar a Tokio 2020?
Esa es nuestra gran ilusión y ambición. Aunque todos somos muy jóvenes, ya representamos también prácticamente la base al completo del equipo absoluto. Desde luego, todavía nos queda un largo trecho por recorrer para alcanzar el máximo nivel que nos permita ir a los Juegos Olímpicos. Pero tenemos tiempo para progresar y tenemos nuestras opciones. Y, desde luego, éxitos como el del lunes suponen una enorme motivación
Por último, el calendario todavía os depara dos grandes eventos internacionales: en junio, el Europeo absoluto en Georgia; y en julio, el Mundial absoluto en Alemania. ¿Esperas ir y hasta dónde podéis llegar?
Claro que espero ir. Aunque la última decisión corresponde a los responsables técnicos de la Federación, creo que tengo bastantes opciones de ser uno de los cuatro tiradores de ir a los dos grandes Campeonatos. Con respecto a hasta dónde podemos llegar, hay que reconocer que el nivel es mucho más alto. Pero, con nuestras ganas y motivación, estamos seguro de que lo podemos hacer muy bien.