Su casco, su impecable traje blanco, sus medias y su inseparable espada están de vuelta. Tres meses después de dejarlos a buen recaudo, Manu Bargues ya tiene preparados todos sus instrumentos de trabajo para descorchar un nuevo curso deportivo. El último como sub 23. El destinado a proporcionarle un fuerte impulso. El salto de calidad imprescindible para alimentar sus ambiciosas expectativas: ni más ni menos que llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. De momento, por delante, 10 meses trepidantes. Sin apenas descanso. Un ejercicio apasionante que, ya en 2018, ofrecerá sus momentos álgidos con los Europeos absoluto y sub 23 (en este último certamen, el equipo español defenderá el oro alcanzado este año), y con el Campeonato del Mundo absoluto.
A sus 22 años, Manu Bargues es uno de los referentes de la esgrima española masculina de la actualidad. De hecho, es un componente casi indiscutible en las convocatorias del combinado nacional para los grandes eventos internacionales. Hace pocos meses (en concreto, en abril), contribuyó a la consecución de un gran éxito: la medalla de oro en el torneo por equipos del Europeo sub 23 celebrado en Bielorrusia. Ahora, Bargues y sus compañeros de selección (más bien, un grupo de amigos) necesitan un espaldarazo en un Campeonato de Europa o del Mundo de categoría absoluta, paso adelante que no pudieron dar en 2017, pero que empieza a revelarse como fundamental para convertir en factible el objetivo de clasificar a la esgrima española para Tokio 2020.
En lo individual, el deportista FER seguirá con su propósito de atravesar fronteras hasta la fecha infranqueables. Sobre todo, en las Copas del Mundo de categoría A. Este tipo de eventos son los mejores termómetros para medir la evolución y el nivel internacional de un tirador. Manu Bargues ya ha conseguido en 2 ocasiones superar la primera jornada (reservada para la poule clasificatoria y los primeros emparejamientos directos) y acceder al segundo día de competición, al que llegan 64 esgrimistas, los 32 supervivientes tras la primera jornada y los 32 primeros del ranking mundial. El tirador valenciano es consciente de que estas citas son las que determinarán su crecimiento o su estancamiento. La primera de ellas, en la ciudad suiza de Berna, llegará en breve, a finales de octubre. Antes, este fin de semana, estará presente en otra Copa del Mundo; en este caso, de categoría B, que se desarrollará en Ginebra. Pero, además, se traza el objetivo de mejorar la meritoria novena plaza en el torneo individual del Europeo sub 23 y la 21ª del certamen continental absoluto.
Mientras, en territorio nacional, Manu Bargues buscará en 2018 asaltar el primer lugar del podio tras las dos medallas de bronce conquistadas en los Campeonatos de España sub 23 y absoluto de 2017. Alojado en el CAR de Madrid desde el año 2012, el deportista del Proyecto FER siente auténtica devoción por la esgrima. Ahora mismo, “es imposible plantearme mi día a día sin este deporte”. Considera que su mayor fortaleza es “saber medir las distancias para emprender las acciones ofensivas”. Una virtud que, entre otras, deberá reforzar en los próximos meses. Está en juego la confirmación de todo su potencial.