Una de las principales conclusiones que depararon los recientes Juegos Paralímpicos de Tokio ha sido el espectacular crecimiento experimentado por la natación adaptada. Como ocurre en el ámbito convencional, cada vez, hay más nivel, más competencia, más dificultad, más exigencia, más calidad, mejores tiempos… Poco que ver con la realidad de antaño. Testigos directos de esta asombrosa evolución son dos representantes del Proyecto FER, los expertos David Levecq y José Antonio Marí. Aunque ambos sufren los rigores y las consecuencias de tal vértigo, los dos se congratulan de que el deporte de su vida haya entrado en una nueva dimensión. Pese a ello, tanto Marí como Levecq tienen clara su intención de cubrir este nuevo ciclo, el que confluirá en París 2024. Al menos, de intentarlo.
David Levecq cumplió en agosto los 37 años. En Tokio, alcanzó su repóquer de Juegos Paralímpicos. Cinco participaciones en las que ha conquistado tres medallas. Las tres, de plata. Dos, en Atenas 2004; una tercera, en Pekín 2008. En la capital nipona, logró meterse en dos finales. En ambas, en los 50m libres y en los 100m mariposa S10, fue octavo. “Si tuviera que ponerme una nota, me daría un aprobado. En líneas generales, cumplí con las expectativas que me había marcado. Por supuesto, me hubiera gustado acabar las dos finales que disputé en una mejor posición, pero hay que ser consciente y asumir la realidad. Por una parte, ya tengo una edad. Por otra, el nivel ha crecido de forma exponencial. Ya lo estaba apreciando en los últimos eventos internacionales. Pero lo visto en Tokio ha resultado realmente sorprendente. Hay gente muy joven y que nada mucho”, comenta Levecq.
Con todo, David Levecq se ve capacitado para cubrir este nuevo ciclo paralímpico. Al longevo nadador valenciano le hace ilusión poner la rúbrica a su dilatada trayectoria con la presencia en París 2024, los que serían sus sextos y últimos Juegos. “Ese es mi propósito. No obstante, sé que la mera clasificación ya será un reto titánico. Por ello, la decisión definitiva la tomaré según transcurra el próximo año. En 2022, tenemos Campeonato del Mundo en Funchal, Portugal. Es un evento bastante equiparable a unos Juegos Paralímpicos. A partir de mi rendimiento, de mis sensaciones, de mis marcas, de si soy o no capaz de ir al Mundial, decidiré si continúo o no. Yo soy optimista, y creo que puedo recorrer todo el camino y plantarme en París, pero lo decidiré a finales del próximo curso”, expresa David.
Por su parte, José Antonio Marí nos hizo soñar el pasado 2 de septiembre. En las series clasificatorias de los 100m mariposa S9, el deportista FER logró el tercer mejor tiempo. Es decir, el podio parecía al alcance. No obstante, horas más tarde, tuvo que conformarse con la quinta plaza en la final. Por tanto, no pudo añadir a su historial un nuevo metal al bronce alcanzado en los 50m libres S9 de los Juegos de Londres 2012. “No pude conseguir medalla, pero demostré que sigo siendo competitivo. En estas pruebas tan explosivas, estamos todos en un pañuelo. Por encima de la plaza ocupada, me quedo con la satisfacción de competir de tú a tú con los mejores”, comenta Marí.
A punto de cumplir los 33 años, José Antonio Marí todavía tiene cuerda para rato. La relativa autoridad con la que logró el pasaporte para Tokio le invita a pensar que su clasificación para los Juegos de París es “bastante factible. Aunque hay que esperar todavía a conocer los criterios y las mínimas de cara a 2024, confío en mis posibilidades a la hora de conseguir el billete para estar en mis quintos Juegos. Posiblemente, sean los últimos y París sea el final de mi aventura, pero todo a su tiempo. De momento, vamos a seguir disfrutando del camino y vamos a prepararnos para el Mundial del próximo año. Y, sobre todo, vamos a intentar subirnos a esta locomotora en que se ha convertido la natación adaptada. Por mucho que lo suframos, para quienes llevamos toda una vida en este viaje, que nuestro deporte haya llegado a esta altura y calidad es una satisfacción”, señala Marí, empeñado en seguir dando guerra. Como Levecq.