Cuarto y penúltimo capítulo dedicado a los deportistas FER que van a defender al deporte de la Comunitat Valenciana en los inminentes Juegos Olímpicos de Paris, cuyo inicio oficial está fijado para este próximo viernes. Hoy, nos centramos en los cuatro atletas, en los cuatro exponentes del rey de los deportes de los Juegos.
Quique Llopis
Desde el inicio de 2024, el atletismo está siendo más justo con Quique Llopis (Bellreguard, 23 años). Empieza a devolverle todo lo que le había negado con anterioridad. Empieza a reconocer su categoría, su nivel. Son momentos de bonanza y prosperidad. Y si las lesiones, si lo ajeno a su voluntad, no se interpone en su camino, Llopis es mucho Llopis. Durante esta temporada, el vallista de Bellregurad ha protagonizado una sonora detonación deportiva. Ya había dado muestras de su calidad con múltiples destellos y fogonazos.
Con todo, ninguno de ellos comparables con la cuarta plaza alcanzada en el Campeonato del Mundo en pista rápida y, sobre todo, con la espectacular medalla de plata conquistada hace apenas dos meses en Roma, en el Europeo al aire libre. Una conquista histórica. No sólo por el propio desenlace. También, por el desarrollo. El atleta FER subía al podio con honores tras zarandear al crono y cruzar la meta en unos imponentes 13 segundos y 16 centésimas. A partes iguales, una maravilla y una barbaridad. Días después, se adjudicaba el Mitin de Madrid y asombraba con una explosiva actuación en el Campeonato de España, donde paró el crono en unos impactantes 13:09. Si en París se mantiene en estos guarismos, la presencia en una final olímpica no es ninguna utopía. Tampoco lo sería batir el récord de España que estableció Orlando Ortega (13:04) en julio de 2016.
Fátima Diame
Durante el pasado mes de marzo, en el Campeonato del Mundo de pista rápida celebrado en Glasgow, Diame se colgó la medalla de bronce con un mejor salto de 6,78m. La cuarta clasificada fue la alemana Mikaelle Assani con una marca de 6,77m. Un centímetro de separación en el foso de arena. Un kilómetro de distancia en alegrías y emociones. Aquel bronce en el certamen universal de Glasgow situó, por fin, a Fátima en otra dimensión. Por fin, había llegado su momento, su consagración en el escaparate internacional. Parecía cuestión de tiempo. Y no sólo por un simple acto de fe. La esperanza respondía a sus condiciones, privilegiadas, a sus características, portentosas, a su técnica, impecable, y algunos de sus nulos, saltos no validos por milímetros, pero muy largos. La deportista FER rebasaba un muro que parecía insuperable.
Con posterioridad, ya en la presente temporada de aire libre, Fátima no pudo volver a encumbrase. En el Campeonato de Europa, en Roma, tuvo que conformarse con la octava plaza tras un vuelo modesto de 6,69m y cuatro nulos. No pudo competir en plenitud de condiciones por unas molestias en la espalda. De hecho, con posterioridad al certamen continental, no ha vuelto a afrontar ninguna competición más. En los últimos tiempos, Fátima Diame ha reiterado que se encuentra feliz, tranquila, optimista. Confía ciegamente en el mítico Iván Pedroso, su entrenador. La deportista valenciana está convencida de que tiene en sus piernas el salto de su vida, el brinco para encumbrarse, para rozar, o superar, los 7 metros y soñar con el podio.
Thierry Ndikumwenayo
Tras recibir la nacionalidad española por carta de naturaleza en noviembre de 2022, Thierry, nacido en Burundi hace 27 años, no pudo tener un mejor estreno con la selección nacional. En junio de 2023, logró la victoria en los 5.000 metros del Campeonato de Europa por naciones, en Polonia. En julio de ese mismo año, durante la Diamond League de Mónaco, consiguió la mínima olímpica de los 5.000 metros, con un crono de 12:55:47. Pero ha sido en este 2024, cuando ha irrumpido de forma definitiva. Primero, con otro espectacular registro en los 5.000 metros, 12:48:10. Fue en la Diamond League de Oslo. Pero, sobre todo, con la medalla de bronce lograda en los 10.000 metros del Campeonato de Europa, en Roma, y con el título de campeón de España en los 5.000m.
Después de aquel podio en el Europeo de Roma, Thierry Ndikumwenayo ha preparado con esmero su participación en los Juegos de París y ha estado concentrado en los Pirineos durante todo el mes de julio. Está más acostumbrado a correr pruebas en Mítines, cuyas características son diferentes a las carreras de Mundiales o Europeos. Sobre todo, en los ritmos, pero también, en la densidad, en el número de participantes, en las estrategias. Ahora, ha de adaptarse a carreras más lentas, más controladas. En París, tendrá dos oportunidades: el viernes 2 con la final directa de los 10.000 metros; y entre el miércoles y el sábado 10, con las semifinales y la final de los 5.000 metros.
Jorge Ureña
Simplemente, un superviviente. Jorge Ureña ya ha demostrado, con creces, que tiene muchas vidas. Que es duro como el acero. Todas estas características son las que, tras un ciclo olímpico muy accidentado y repleto de desdichas físicas, le han permitido estar en París. Todas esas virtudes y su clase, por supuesto. Su admirable carácter resultaría insuficiente sin sus privilegiadas cualidades deportivas. La combinación, perfecta, de mente y cuerpo, le ha llevado a disputar, tras los de Tokio, sus segundos Juegos Olímpicos.
En esta ocasión certificó el billete para viajar a París en el Campeonato de España, torneo celebrado en La Nucía y donde logró emocionar. Porque siendo un enorme deportista, el atleta alicantino ha de tirar de espíritu para compensar ciertas carencias. Y ello contagia, transmite. En La Nucía, desde el principio de la competición, se vislumbraba que estaría en el límite, en la frontera, entre el bien y el mal. Pese a su agonístico final en los 1.500 metros, salió cruz. Por poco, pero cruz. 8.102 puntos. A las puertas de los 8.150 exigidos por la Federación Española. Días después, sin embargo, llegó la decisión federativa de convocarlo para los Juegos. Aplauso unánime. La inclusión de Ureña en la lista de elegidos se había convertido en una especie de reivindicación popular, de petición generalizada.