Pocas similitudes (en realidad, casi ninguna) tienen deportes tan distintos como el taekwondo y el piragüismo. Sin embargo, sí existen muchas semblanzas en las trayectorias dibujadas durante los últimos meses por Lorena Cabel (taekwondista) y Bárbara Pardo (palista). En 2018, ambas cambiaron de categoría. Las dos abandonaron su etapa junior para incorporarse y competir en el siguiente escalón de edad, un estrato mucho más exigente. Un ascenso que implicaba un peaje. Tanto Lorena como Bárbara han tenido que asumir que el deporte tiene sus plazos. Han aprendido a ser pacientes. Se han visto obligadas a convivir con resultados no deseados. Pero también han adquirido unas experiencias y unos aprendizajes que les resultarán muy valiosos para el futuro. En resumen, un paso atrás para coger impulso y despegar, de nuevo, en 2019.
Lorena Cabel finalizó en 2017 su paso por la categoría junior. Durante ese ejercicio, su ejecutoria ofreció un fantástico balance. Por ejemplo, sendas medallas de bronce en el Campeonato de Europa y en la prestigiosa Copa Presidente Europa, y medalla de plata en el Open Internacional de Holanda. Brillantes logros que contrastan con la sequía de 2018. Sufrió las principales decepciones en los torneos domésticos. Sobre todo, en el Campeonato de España sub’21, donde no pudo alcanzar el título y, lo más importante, el pasaporte para disputar el Europeo de la categoría. “El pasado fue un curso complicado. No me sorprendió, ya me lo esperaba. Por ello, en ningún momento ni me desesperé ni me descentré. No es pecar de conformismo y falta de ambición. Solo opté por asumir que estaba ante un año de transición, y tenía que madurar y aprender”, explica Lorena, deportista de Paiporta y que cumplirá 18 años a finales de diciembre.
De cara a esta nueva temporada, Cabel (menos de 53 kg) aspira a ser campeona de España absoluta y sub’21, y clasificarse para el Europeo de esta categoría. “No lo descarto, pero sinceramente, veo complicado clasificarme para el Campeonato del Mundo absoluto de 2019. Paso a paso”, señala la taekwondista FER.
Un discurso casi idéntico se le puede aplicar a Bárbara Pardo, quien ingresó en 2018 en las categorías sub’23 y absoluta. Un cambió lo suficientemente significativo como para no acusarlo. La piragüista de Antella venía de ascender al podio en un Mundial junior (en concreto, en la prueba de K4-500m) y de proclamarse campeona de España en la modalidad de K1-1000m. Pero este año se ha llevado un baño de realismo. En torneos nacionales, solo pudo ser séptima absoluta (cuarta sub’23) en el K1-100m del Campeonato de España. Con todo, su principal decepción llegó en el Mundial sub’23 de Bulgaria, donde albergaba muchas opciones en las 2 pruebas que afrontaba. No obstante, no pudo alcanzar las finales ni en el K4-500m ni en el K2-500m.
“En tan solo un año, he comprobado de primera mano el espectacular nivel que hay. Lo vi en el Mundial sub’23, pero también en la Copa del Mundo absoluta de Hungría y en el Campeonato del Mundo absoluto de Portugal, donde hice la prueba no olímpica del K2-1000m. Pero me ha servido de aprendizaje para la próxima temporada. Además, me anima el hecho de quedarme todavía 3 años más como sub’23. Soy todavía muy joven y tengo mucho margen de mejora”, afirma Barbara Pardo.
De cara al próximo curso, los objetivos de la palista valenciana son claros: “subir al podio en el Nacional sub’23 (siendo realista, y teniendo en cuenta que aún estoy en mi segundo año como sub’23, con el bronce ya estaría contenta) e intentar quedar lo más arriba posible en el Nacional absoluto. También, repetir presencia en el Mundial sub’23. En este mismo evento del pasado año, se me quedaron deudas pendientes y quiero cubrirlas. Y también, estar en alguna Copa del Mundo con la selección absoluta. Compartir expedición con compañeros como Saúl Craviotto y competir contra rivales del más alto nivel es una experiencia única y te anima a seguir trabajando”, concluye la palista de Antella.