Liliana Fernández y Pablo Herrera: despegue inmediato entre muchas incógnitas

Del 8 al 12 de marzo, en Doha. Del 24 al 28 de marzo, en Australia. Del 1 al 4 de abril, en Cancún, México. Del 7 al 10 de abril, en Itapema, Brasil. En el tramo final de abril, doble cita en China. Durante los meses de mayo y junio, diversos torneos en Europa… Y así, hasta llegar al evento en Gstaad, Suiza, del 6 al 11 de julio, el último certamen antes de que arranquen los Juegos Olímpicos. Es el calendario de los principales torneos (los 4 y 5 estrellas) que, en un principio, integraban el circuito profesional internacional de vóley playa en 2021. Es decir, desde principios de año, Pablo Herrera y Liliana Fernández sabían la teórica hoja de ruta de los próximos meses. Conocían el itinerario que iban a afrontar antes de aterrizar en Tokio. No obstante, la pandemia ha convertido toda esta agenda en papel mojado. De hecho, eventos como los de Australia, México y China ya se han cancelado.

 

Pese a todas las incógnitas imperantes, sí parece que la temporada internacional del vóley playa se abrirá dentro de pocos días en Doha, escenario de un World Tour 4 Estrellas del 8 al 12 de marzo. El evento, además, se desarrollará con una novedad muy importante. Por primera vez en la historia, este torneo en territorio qatarí va a permitir la participación de las mujeres. “En octubre de 2020, todas las chicas que formamos parte del circuito internacional recibimos una encuesta. Debíamos decir si nos importaba cambiar nuestra habitual indumentaria para competir en Doha. Para ello, teníamos que aceptar ir más tapadas, más cubiertas, con más ropa de lo que es habitual, y mostrar menos nuestro cuerpo. La mayoría de las jugadoras consultadas (entre ellas, yo y mi compañera Elsa) dijimos que sí. Se nota que hay ganas y hambre de torneos. Por tanto, si no hay contraorden, el calendario internacional quedará inaugurado en Doha”, explica Lilliana. Precisamente, este certamen es significativo para Pablo Herrera. En 2019, logró la medalla de bronce. En 2020, fue el único torneo del World Tour que pudo jugar. Se desarrolló pocos días antes de que el covid-19 bloqueara todo el deporte.

 

Lo que pueda ocurrir después de la celebración del torneo en Doha ya es una incógnita. “No sabemos mucho más. Estamos a la espera de noticias. Si los Juegos de Tokio van adelante y se celebran, hay que cerrar, como sea, la clasificación olímpica. Puesto que es casi seguro que no van a poder disputarse con normalidad todos los torneos previstos, se habla de organizar dos o tres burbujas en diferentes partes del mundo para que en cada una de esas burbujas se puedan jugar dos torneos y, de esta manera, conocer las 32 parejas, 16 masculinas y 16 femeninas, que acceden a Tokio por medio del ranking internacional. Pero ya digo, no hay nada oficial”, señala la deportista alicantina.

En octubre de 2020, todas las chicas que formamos parte del circuito internacional recibimos una encuesta. Debíamos decir si nos importaba cambiar nuestra habitual indumentaria para competir en Doha.

El escenario no es el mismo para los dos deportistas FER. Mientras Liliana Fernández, ya con el billete olímpico amarrado desde septiembre de 2019, concibe todos estos hipotéticos torneos que puedan disputarse como ensayos de cara a los Juegos Olímpicos, si los hay, del próximo verano, Pablo Herrera todavía ha de asegurarse su participación en Tokio. El veterano jugador castellonense, de 38 años, tiene su presencia en la capital nipona muy bien encarrilada. Actualmente, Pablo y su inseparable compañero, el gaditano Adrián Gavira, ocupan la décima plaza en el ranking mundial (en total, son 16 las parejas que accederán a Tokio por esta vía). Cabe recordar que, de lograrlo, Herrera se convertiría en el segundo jugador de vóley playa de toda la historia en disputar cinco Juegos Olímpicos. Hasta la fecha, sólo puede presumir de tal honor el legendario deportista brasileño Emanuel Rego. Pablo no ha faltado a la cita desde los desarrollados en Atenas 2004, en los, con tan sólo 22 años, debutó con una inolvidable medalla de plata.

 

A estas alturas, y tras todo lo ocurrido el pasado año, tanto Pablo como Liliana sólo pueden esperar a que los máximos responsables del vóley playa internacional tomen las decisiones para saber a qué atenerse. En el caso del longevo jugador castellonense, no deja de ser curiosa una cierta colisión de intereses. “Por una parte, deseo jugar, quiero jugar. Lo necesito. Tanto tiempo sin disputar torneos es antinatural para nosotros. Por otra, siendo egoísta, cuantos menos torneos se celebren, mejor para mí, porque nuestros perseguidores no pueden desplazarnos de la actual situación de privilegio en la carrera hacia Tokio. Pero reitero, necesitamos jugar. Todo apunta a que va a haber Juegos y no podemos estar tanto tiempo parados y sin competir”, concluye Pablo.

“Por una parte, deseo jugar, quiero jugar. Lo necesito."