La decepción fue profunda, pero no se prolongó en exceso. La frustración resultó inevitable, pero duró lo justo. La tristeza le afectó, pero no le derrumbó. Unas horas de duelo, de desolación, de lamentaciones, de rabia, de impotencia, pero, de inmediato, cabeza alta, cuerpo erguido, mente positiva y mirada optimista hacia el futuro. Porque Laura Casabuena García (Alcoi, cumplirá 18 años en diciembre) ha perdido una batalla, pero todavía no, por completo, la guerra. Hace pocos días, la joven deportista alicantina disputaba su segundo Campeonato del Mundo. No era un certamen universal cualquiera. Por su condición de evento clasificatorio para los Juegos de París, era un Mundial crucial. Por desgracia, Laura no pudo salir de Amberes, sede del torneo, con el billete olímpico en la mano.
La gimnasta FER no cumplió su sueño por ninguna de las tres opciones posibles: ni por el torneo por equipos con la selección española, ni por el camino del all around individual, ni por la vía parcial, y también individual, de un aparato concreto. En esta última ventana, se quedó a las puertas del pasaporte olímpico. En concreto, en el ejercicio de suelo. Le arrebató el ansiado billete una gimnasta alemana. No obstante, Laura Casabuena aún dispone de dos comodines. El reto es tremendamente complicado, pero no es inalcanzable. Cada país que no haya logrado clasificarse para los Juegos de París por el torneo de equipos (es el caso de España), puede llevar a la cita olímpica a un máximo de tres gimnastas individuales. España ha logrado clasificar por esta vía a Alba Petisco (gracias al all around individual) y a Ana Pérez (mediante el aparato de barra de equilibrios). Es decir, la artística femenina española aún puede aspirar a una tercera y última plaza. Por cierto, en París, tanto Alba Petisco como Ana Pérez podrán enfrentarse a la rotación completa, a los cuatro aparatos.
La pregunta es obvia. ¿Qué opciones le quedan a Laura Casabuena para ser olímpica? Y, sobre todo, ¿qué ha de hacer para estar el próximo verano en los Juegos de París? La deportista FER dispone de dos posibilidades. La primera llega muy pronto. Es la vía de las cuatro Copas del Mundo consecutivas que se disputan en un margen de apenas un mes, entre mediados de febrero y mediados de marzo. Se celebran en El Cairo, Alemania, Doha y Bakú. Son Copas del Mundo por aparatos. Van a conceder dos billetes olímpicos en cada uno de los cuatro ejercicios. Lo normal es que Laura vaya a esas cuatro Copas del Mundo. Y que centre sus esfuerzos en la modalidad de suelo, aunque podría hacerlo en cualquiera de las otras tres. Contarán las tres mejores puntuaciones. Es decir, de las cuatro Copas del Mundo, se descartará la peor de las cuatro puntuaciones. En cada aparato, serán olímpicas las dos mejores gimnastas que pertenezcan a un país que bien no se haya clasificado para los Juegos de París por el torneo de equipos, o bien no tenga ya cubiertos los tres billetes olímpicos individuales (por all around o por aparatos) tras el reciente Campeonato del Mundo.
Y aún quedará otra opción. Para ello, habrá que esperar al Campeonato de Europa de 2024, que se desarrollará en Nápoles a finales de abril. El certamen continental sólo otorga un pasaporte olímpico. En este caso, será por la vía del all around o concurso general. Y corresponderá a la mejor gimnasta cuyo país que, tras el Mundial y tras las Copas del Mundo, aún esté en condiciones de aspirar al último billete olímpico. Es decir, aquellos países que o bien no clasificaron a su equipo directamente en el Mundial, o bien no han conseguido las tres plazas individuales vía all around o vía aparatos en el Mundial, o vía aparatos a través de las Copas del Mundo. Éste es el camino que le espera a Laura Casabuena para, todavía, convertirse en deportista olímpica este próximo verano. Un camino lleno de dificultades y de espinas, pero transitable. Por ilusión y pasión, no será. Difícil, sí. Imposible, no.