Sólo unas horas después de concluir su participación en el majestuoso escenario del Bercy Arena de París, Laura Casabuena no podía evitar una cierta frustración. Fiel a su proverbial inconformismo, la joven gimnasta alicantina (Alcoi, cumplirá 19 años en diciembre) no se mostraba plenamente satisfecha con sus más que dignas y correctas prestaciones en su estreno olímpico (35ª plaza de 60 competidoras y primera de las tres españolas). En su mente, predominaba el lamento por haberse quedado relativamente cerca de convertirse en una de las 24 deportistas que, tres días más tarde, iban a disputar la final individual all around. Porque, en efecto, Laura acarició uno de esos 24 pasaportes tan preciados, tan deseados.
En París, la componente del Proyecto FER cumplió con creces en suelo, en salto y en barras asimétricas. Sólo sobró la caída sufrida en el ejercicio de barra de equilibrios. Sin esa laguna, es muy posible que Laura Casabuena hubiera accedido a la final individual. No obstante, para ser su primera experiencia olímpica, Laura tenía, y tiene, razones para estar moderadamente contenta. Dos meses después, tras el merecido descanso, tras la oportuna desconexión, y tras un análisis más sosegado, la gimnasta de Alcoi se muestra mucho más complaciente con su puesta en escena en los Juegos. “Viéndolo todo con más tranquilidad, con más distancia, creo que mi actuación en París fue muy correcta. Cuando compites, siempre quieres lo máximo. En mi caso, ese máximo era ser una de las 24 finalistas. No lo conseguí, pero me quedé muy cerca. Lástima del fallo en barra. No fue posible en París. Habrá que intentarlo en Los Ángeles”, señala la gimnasta alicantina.
Pese a lograr el billete olímpico de forma heroica, a través de las Copas del Mundo, Laura Casabuena siempre tuvo claro que su verdadero ciclo olímpico es el que ahora se inicia. “Por edad, por experiencia, por físico, mi ciclo real es el siguiente. Si todo va bien y me respetan las lesiones, a Los Ángeles llegaré con 22 años. Es decir, en plena madurez. Ahí, sí que podré plantearme objetivos más ambiciosos, como ser una de las 24 finalistas en la final all around. Además, seguro que las vivencias y las enseñanzas de París, tanto en lo personal, en lo emotivo, como en lo deportivo, me serán muy útiles para aplicar en los Juegos de 2028”, comenta Laura
Durante los próximos meses, además, Casabuena se marca el objetivo de progresar en los dos aparatos que no son su especialidad y en los que tiene margen de progresión: “He de ser mejor en salto y en barras asimétricas. No es que se me den mal, pero siempre han estado un poquito por debajo de la barra de equilibrios y, sobre todo, de suelo. Sé que, si quiero ser más competitiva y equilibrada, tengo que dar un paso adelante en estos dos ejercicios”, comenta Laura, dispuesta a abanderar a la artística femenina española en los próximos años. “Nada me haría más feliz que contribuir a que el conjunto español estuviera siempre entre los 8-10 primeros de los Campeonatos de Europa y del Mundo, y a conseguir que se clasificara para los próximos Juegos”, explica.
De cara al próximo año, las principales citas serán el Campeonato de Europa, previsto entre el 13 y el 18 de mayo en Alemania (en principio, iba a ser en Israel) y el Campeonato del Mundo, fijado en Yakarta, Indonesia, entre el 19 y el 25 de octubre. Para Laura Casabuena, arranca un nuevo camino con una meta muy concreta y definida. Ha demostrado que posee condiciones, talento, clase y personalidad que se requieren en un ámbito tan exigente como la gimnasia artística. Sólo hace falta que le respeten la salud y las lesiones.