La halterofilia es un deporte de creciente presencia en el Proyecto FER. Hasta hace unos meses, todo el protagonismo recaía en dos integrantes femeninas, las célebres Estefanía Juan y Alba Sánchez, las famosas tía y sobrina. No obstante, tres chicos, muy jóvenes todos ellos, se incorporaron al equipo FER en 2015 y dotaron de mayor relevancia a este noble deporte consistente en el levantamiento de pesas. Mientras Estefanía última la preparación para disputar su decimoquinto Campeonato del Mundo, fijado en Houston a finales de noviembre, y mientras Alba, que apunta a gran figura, se recupera de la operación a la que se ha sometido tras su desgraciada lesión en el codo izquierdo, los noveles Yves Ibáñez, Tomás Ruiz y Christian Millán se adentran ya en la recta final de esta temporada.
Después del paréntesis estival, los tres halteras FER se disponen a escribir los últimos capítulos del ejercicio deportivo 2015 con la disputa, este fin de semana, de la clasificación para la final del Campeonato de España por equipos. Yves, Tomás y Christian defenderán la suerte de sus respectivos clubes. Los doce mejores conjuntos de toda España se clasificarán para competir en la gran final, que tendrá lugar el 17 de octubre. Será el epílogo de un año en el que el tridente masculino del FER vivió su principal examen en el Nacional junior, celebrado el pasado mes de mayo en Madrid. Mientras Christian alcanzaba la plata en el total olímpico, Tomas e Yves lograban sendas medallas de bronce en sus respectivas categorías de peso corporal.
Cuando se les pide a los tres un autoexamen, las valoraciones son de lo más diversas. Por ejemplo, Christian está satisfecho de su “hambre de seguir mejorando, soy perfeccionista y nunca estoy conforme del todo; por el contrario, tengo que depurar aspectos técnicos”. Por su parte, Yves comenta que su principal virtud “es su ambición, su afán de superación, mientras que debo mejorar en el rendimiento diario, quiero estar al 100 % todos los días”. Tomás, por último, se queda “con su constancia en el entrenamiento rutinario, pero he de mejorar en el autocontrol de mis nervios y emociones durante las competiciones”. En aquello en los tres deportistas se muestran coincidentes es en la devoción y pasión que sienten por la halterofilia, a la que definen como “un estilo de vida”.
Otra característica común en los tres halteras FER es el enorme sacrificio que supone para todos ellos la combinación entre lo personal, lo académico y lo deportivo. “Dedico tres horas de la mañana a entrenar y seis horas por la tarde para estudiar”, comenta Yves. “A las 7 ya estoy en pie, voy a clase hasta las 2. Luego, por la tarde, me esperan 4 horas diarias de entrenamiento. En torno a las 11 de la noche, ya no puedo más”, relata Tomás, quien este año ha abandonado su Alzira natal y se ha trasladado hasta el CAR de Tenerife para “mejorar como persona y progresar hasta lo más alto de la halterofilia española”. Nuestro tercer protagonista, Christian, también dedica las mañanas a la Universidad, este año ha empezado Ingeniería Informática, “y entreno todas las tardes entre tres y cuatro horas. Necesito dormir 8 horas para poder con todo”: Vidas casi espartanas ya desde muy jóvenes. Es el precio de sus sueños y anhelos: triunfar como deportistas.