Sebastián Mora es la gran figura. Ha estado en los Juegos Olímpicos de Tokio y quiere llegar a los de París. Alejandro Martínez Chorro, el activo más pujante. Y, desde este año, el ciclismo en pista aporta dos nuevas esperanzas de futuro al Proyecto FER: Alejandro Merenciano y José Segura. Ambos nacieron en el mes de julio de 2004. Tienen, por tanto, 17 años. Y ambos lograron en 2020 un éxito compartido: durante el mes de febrero del pasado curso, antes de que la pandemia del covid-19 estallara con toda su crudeza, se proclamaron campeones de España cadete en la modalidad de madison.
José Segura encaminó su vinculación con el ciclismo pocos días antes de tomar la primera comunión. “Mi padre me dio a elegir entre una play y una bicicleta. Opté por la bici. Y fue, sin duda, una gran decisión. A los 10 años, empecé a practicar el ciclismo con asiduidad, aunque el primer contacto serio con el velódromo no llegó hasta 2018, cuando alcancé los 14 años”, recuerda el joven deportista de la población alicantina de Cox. Segura entrena habitualmente en el velódromo de San Vicente del Raspeig, aunque, en ocasiones, también lo hace en el Luis Puig de Valencia.
Uno de sus principales referentes es Mathieu van der Poel, ciclista holandés de 26 años, “capaz de correr y competir en muchas modalidades, y de hacerlo bien en todas”. Si por algún motivo le gusta el ciclismo a Jose Segura es “por las amistades que consigues, porque te permite viajar y porque exige un permanente afán de mejora, tanto para imponerte a los rivales, como para superarte a ti mismo”, señala.
El joven ciclista alicantino contempla, de momento, compaginar la ruta y la pista, “si bien, diría que la ruta es más monótona y repetitiva, y el velódromo ofrece una mayor variedad de pruebas, y todas ellas son distintas”. Es fondista. Y sus principales modalidades son la eliminación, “porque requiere saber colocarse y creo que en esto soy muy hábil” y la madison, “porque es una prueba por parejas que exige tener mucho fondo, pero también, cierta explosividad para puntuar en los sprints” indica. En 2021, ha estado presente en tres importantes acontecimientos. Los tres, de categoría junior. En mayo, obtuvo una doble medalla de bronce en el Nacional de las pruebas de madison y ómnium. A principios de agosto, acabó cuarto en la persecución individual del Campeonato de España. Y hace pocos días, participó en el Europeo, donde formó parte del cuarteto español en la persecución por equipos.
Por su parte, el aterrizaje de Alejandro Merenciano, natural de Albal, en un velódromo no pudo ser más triunfal. “Yo practico ciclismo desde los 10 años. En cierto modo, estaba predestinado, porque en mi familia había una gran tradición. Pero mi vinculación con la pista es muy reciente. Tanto, que sólo llevo dos temporadas compitiendo bajo techo. De hecho, el Nacional de madison del año 2020, cuando gané el oro con José Segura, representaba mi primer gran evento en un velódromo. Fue como llegar y besar el santo”, señala Alejandro.
El nuevo componente del Proyecto FER aún no sabe si centrara su carrera deportiva en la ruta o en la pista. “De momento, voy a seguir compaginando las dos disciplinas, aunque sí es cierto que, en el poco tiempo que llevo, el ciclismo en pista me ha ganado”, señala Alejandro. A la hora de autodefinirse, el deportista de Albal recurre a las siguientes palabras: “soy fondista, claramente fondista, me falta punta de velocidad. Por tanto, las pruebas en las que más puedo destacar son la persecución individual, la madison y el ómnium”, comenta.
Su trayectoria en este curso se ha visto clara y tristemente condicionada por un grave accidente sufrido a finales de enero. Fue con la bicicleta, pero no, en un entrenamiento o en una competición, sino camino del instituto. Alejandro sufrió lesiones de gravedad que le tuvieron convaleciente mucho tiempo. Felizmente, se recuperó y pudo disputar, a principios de agosto, el Campeonato de España junior en pista. Su mejor resultado fue la cuarta plaza en el scratch.
Amante, casi apasionado, de todos los deportes, Alejandro se entrena en el Velódromo Luis Puig. Explica que sus puntos fuertes son “saber colocarme en la carrera y tener capacidad de sufrimiento. Cuanto más dura y exigente sea la prueba, mejor. Por contra, he de mejorar en velocidad y arrancada”. Su gran ídolo es el esloveno Primoz Roglic. “Y, de mi deporte, lo que más me gusta es que disfruto encima de una bicicleta y medir mi evolución. Lo que menos es que me quita mucho tiempo para la vida social y para los estudios”. Alejandro Merenciano ya espera ansioso la llegada de 2022, curso en el que será junior de segundo año y en el que espera eclosionar.