Una mirada al pasado más reciente les sugiere sentimientos contradictorios. En 2021, el boxeador José Quiles y la judoca Adriana Rodríguez Salvador disfrutaron de buenos momentos. De grandes momentos. Pero, sobre todo, sufrieron capítulos adversos. Experiencias muy duras. De las que estremecen. Las lesiones se interpusieron en sus caminos y les condicionaron muy seriamente sus respectivas temporadas. Ahora, los dos deportistas FER intentan enterrar los restos más dolorosos de un curso para olvidar y afrontan sus nuevos retos con optimismo.
Año 2017. Campeonato de Europa absoluto en Ucrania. Es el momento, el evento y el lugar en los que José Quiles (Elda, 25 años) protagonizó el momento más brillante de su carrera deportiva. El púgil alicantino irrumpía en la escena pública con la obtención de una medalla de bronce continental. Pero, al mismo tiempo, aquel mágico episodio supuso el inicio de una etapa de turbulencias (sobre todo, de carácter físico), periodo que, para su desgracia, sigue sin llegar a su final. La mayor intensidad de los infortunios se alcanzó durante el pasado curso. El primer golpe lo sufrió en mayo, dos meses antes de los Juegos Olímpicos. Tuvo que pasar, incluso, por el quirófano tras romperse el bíceps de su brazo izquierdo. El segundo, llegó en octubre. Sólo una semana antes del Campeonato del Mundo, se volvió a partir el bíceps. Esta vez, en el brazo derecho.
“Lesionarse dos meses antes de los Juegos fue muy duro, pero tenía claro que quería cumplir mi sueño de ser olímpico. Aunque nunca pensé en renunciar, era perfectamente consciente de que no iba a llegar a Tokio en plenitud. Por desgracia, así ocurrió. Más allá de que el rival que me tocó en el primer combate era muy fuerte, no pude competir al máximo nivel ni rendir como a mí me hubiese gustado. Después de Tokio, me fui de vacaciones. Lo necesitaba. Durante ese descanso, me llegó una buena noticia. En octubre, iba a celebrarse el Campeonato del Mundo en Belgrado. Volví a ilusionarme, pero, pocos días antes de viajar a Serbia, me rompí otra vez. Esta desgracia resultó mucho más hiriente. Se me pasaron muchos pensamientos por la cabeza. No entendía el porqué siempre me tocaba a mi lesionarme antes de los grandes eventos. En cierto modo, un derrumbamiento mental es inevitable. Son instantes de debilidad. Te planteas, incluso, si es mejor dejarlo”, recuerda Quiles.
Afortunadamente, encontró la fuerza para seguir en el deporte de élite gracias al apoyo de su equipo y familia. Ahora, la mentalidad del deportista FER es distinta. Se encuentra totalmente recuperado y motivado para recuperar su mejor versión, la de 2017. “Ahora, quiero disfrutar. Afronto los entrenamientos con una actitud muy positiva después de los dos palos que me he llevado. Sólo pido que, en este nuevo ciclo olímpico, me respeten las lesiones”, señala. Su primera gran oportunidad llegará en mayo, en el Campeonato de Europa que se disputará en Armenia y donde competirá en una nueva categoría de peso (-60kg). “Mi objetivo es ganar una medalla y reencontrarme con el boxeo que me gusta. Estoy muy ilusionado y espero estar bien tanto a nivel físico como mental”, comenta.
Si alguien puede entender a José Quiles es Adriana Rodríguez (Castalla, 17 años). La joven promesa del judo valenciano conoció, en apenas una semana, la cara más dulce y amarga del deporte. En abril de 2021, siendo aún cadete, dio la gran campanada al proclamarse campeona de España junior. Pero sólo una semana después, sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en la Copa de Europa de Coimbra (Portugal). Con esta gravísima lesión, decía adiós a la temporada y a su etapa como cadete. “Los médicos me dijeron que era grave y había que operar. Cuando me dieron la noticia, se me cayó el mundo encima. Pero enseguida, intenté encontrar la parte positiva. Pensaba en que esta desgracia era pasajera y en que, tarde o temprano, volvería a entrenar y a competir sobre un tatami”, rememora la joven deportista alicantina.
En breve, Adriana retomará las competiciones. Curiosamente, su reaparición se producirá en el mismo escenario en el que se lesionó hace un año. “Esta coincidencia me genera cierto nerviosismo. Incluso, algo de miedo. Pero las ganas que tengo de volver a los tatamis pueden con todo. Lo he pasado muy mal sin poder ponerme un judogi. Ahora quiero demostrar que se puede salir de una lesión y volver más fuerte”, señala la judoca FER, dispuesta a estrenarse en la categoría junior. “Mis objetivos son claros. Primero, comprobar que vuelvo al 100%. Después, reeditar el título de campeona de España y, por qué no, subir al podio en los Campeonatos de Europa o del Mundo. He sufrido mucho y, desde ya, voy a por todas”, señala. Adriana Rodríguez y José Quiles, dos ejemplos de mirar hacia el pasado para impulsarse de nuevo