Aunque alejado de los habituales cánones físicos y corporales de un “combinero”, Jorge Ureña (Onil, 08/10/1993) está llamado a marcar toda una época en el universo de las pruebas combinadas en España. Desde luego, el atletismo nacional ha depositado muchas esperanzas en el deportista alicantino. Sobresaliente en las vallas y la longitud, más limitado en los lanzamientos, Ureña es otro de los productos de la factoría de Onil, la pequeña población alicantina de tan solo 7.000 habitantes y de la que también han emergido otras figuras del atletismo español. En realidad, la figura de Jorge Ureña no solo es peculiar por no responder al prototipo físico del decatleta corpulento y robusto. Hay más razones que refuerzan su singularidad. Por ejemplo, sus entrenadores son Jesús Gil y su padre Jose Antonio. Normalidad y sencillez frente a los elitismos. Y, por si fuera poco, al deportista FER le gusta tocar el tambor en una charanga de Onil. En Ureña, todo, o casi todo, es diferente
Así empezaba un reportaje dedicado a Jorge Ureña publicado en este mismo portal el pasado 11 de mayo de 2016. Casi 3 años después, aquel texto ha resultado premonitorio. Hace tan solo 48 horas, el pasado domingo 3 de marzo, el combinero de Onil se convertía en Glasgow, en Escocia, en el nuevo campeón de Europa de heptatlón. Es el primer español que alcanza tal hito. Un sonoro éxito que le consolida en la vanguardia internacional. Ureña refuerza su posición en esa especie de sala vip a la que ya se había incorporado en 2017, cuando logró la medalla de plata en el Europeo bajo techo de Belgrado.
En Glasgow, el deportista alicantino demostró que es un excelente competidor. Sólo así se explica que, en el salto de altura, se agarrara al concurso y superara los 2,07m en el tercer y último intento. Sólo así se explica que, en el salto con pértiga, rebasara el listón situado en los 5 metros en su última oportunidad. Esos dos match ball salvados in extremis han resultado determinantes para que Ureña se acabara coronando como nuevo campeón continental de heptatlón. Además, ha quedado patente que, liberado de su principal tara, los lanzamientos de disco y jabalina, es un extraordinario atleta.
Precisamente, ese es su reto para el futuro: acreditar que también puede brillar en el aire libre. En realidad, ya lo ha hecho. Ureña completó dos grandes actuaciones en el verano de 2017. La primera, en el mes de julio, en Monzón, en la Copa de Europa de combinadas con la selección española. La segunda, en agosto, en Londres, en el Campeonato del Mundo de Londres, donde fue noveno y sumó su, hasta la fecha, marca personal, 8.125 puntos. Ocurre, sin embargo, que a Jorge le persiguen dos fantasmas. En el Europeo de Ámsterdam 2016, tres nulos en disco le privaron de la mínima olímpica para Río y de una plaza en el podio continental. En el Europeo de Berlín 2018, el grave error y el consecuente “rosco” (cero puntos) llegó con 3 nulos seguidos nada más comenzar la pértiga. Ese es su desafío de cara el Mundial de Doha de principios de octubre: espantar temores y erradicar complejos. Por caudal deportivo y por dureza mental, no será. Si le acompañan unas dosis de suerte y salud, Ureña será, aún más, el atleta total. Sin límites. Sin techo.