En líneas generales, el atletismo de la Comunitat Valenciana goza de muy buena salud. Pablo Torrijos, Eusebio Cáceres, Jorge Ureña, Fátima Diame, Claudia Conte, Carmen Ramos, Enrique Llopis… Sin embargo, no es menos cierto que falta la consagración de un perfil muy concreto: el de fondista o mediofondista. A la espera de la evolución de jóvenes tan prometedores como Enrique Herreros, Pedro Garcia Palencia, David Cantero o Miguel Guzmán Tafalla (los dos últimos aún han de elegir entre el atletismo o el triatlón), el Proyecto FER ha incorporado en 2021 a dos deportistas que también apuntan lejos y alto. Uno es Javier Mirón, de 21 años y natural de Ibi. La segunda es Nara Elipe, de 19 años y residente en Ain, una pequeña localidad de la provincia de Castellón.
Pocos atletas en España tendrán que enfrentarse a tantas dificultades como Javier Mirón para desarrollar su día a día deportivo. “Habitualmente, suelo ejercitarme en Ibi, la localidad en la que resido. Al no disponer de una pista de atletismo en condiciones, me entreno por una ruta conocida como “La Vía”, ya sea en dirección Alcoi o Castalla; o por el polígono del pueblo; o por el paraje natural de San Pascual. Pero claro, también he de hacer pista. En ese caso, me desplazo a Alcoi, Onil o San Juan. En fin, soy un atleta itinerante”, bromea Javier Mirón, quien en 2020 logró sendas medallas de oro en los 800m de los dos Campeonatos de España sub-23, tanto el de pista cubierta como el de aire libre.
Javier Mirón no renuncia a atacar la mínima olímpica y plantarse en Tokio
De momento, en 2021, su balance es el siguiente. En la temporada de pista cubierta, fue campeón nacional sub-23, categoría de la que se despide este año, y acabó sexto en el Campeonato de España absoluto. Recientemente, ha destapado el aire libre. Y en su segunda carrera, ya ha hecho marca personal: 1:46:41. Su gran objetivo del verano es el Europeo sub-23, que se celebra en Tallin a principios de julio y para el que ya está clasificado. En este certamen, espera ser, cuanto menos, finalista. No renuncia a atacar la mínima olímpica, 1:45:20, y plantarse en Tokio. No obstante, sin llegar a ser utópica, la empresa se presenta muy complicada.
Preguntado sobre las razones que le han llevado a especializarse en esta prueba, el alicantino responde así: “Me encantan los 800m. Requiere potencia física, pero, sobre todo, cabeza, sangre fría y saber administrar la presión. Un mínimo descuido te penaliza. Cuando corro los 800m, me siento crecido. En cuanto a si me veo más más cerca de los 400m o de los 1.500m, no es una pregunta fácil de contestar. Si tuviera que reconvertirme, me gustaría hacerlo hacia los 400m, pero, siendo sincero, me veo adaptándome mejor a los 1.500m. No obstante, de momento, hay 800m para rato”, apunta.
Una de sus grandes fortalezas reside en su sprint final. “Tengo unos 200m finales poderosos. Eso sí, reconozco que sufro un poquito cuando la prueba es muy viva y rápida desde el principio. Además, en los momentos previos a las carreras, suelo tener bastante autocontrol. Domino los nervios, un aspecto muy importante para tener la cabeza limpia y poder improvisar sobre la marcha”, señala. Al atleta de Ibi le gusta hacer bicicleta por la montaña y natación. “Me he aficionado a la pintura y al yoga, dos actividades que me relajan. Y del atletismo, me fascina el ambiente de amistad y complicidad en la pista, y la sensación que te genera una victoria o mejorar tu marca. Es muy difícil poder vivir de este deporte, pero la pasión y la ilusión están por encima de todo”.
Por su parte, Nara Elipe, de 19 años (es decir, sub-20 de segundo año) es una pionera en su familia. “Me introduje en este mundillo de forma casual, con motivo de unas mini olimpiadas que se celebraron en Nules”, recuerda la atleta castellonense. Sus dos últimos años han sido muy exitosos. En 2019, ganó el oro en los 2.000m obstáculos del Nacional sub-18. En 2020, y pese a ser de las más jóvenes, repitió triunfo en los 3.000m obstáculos del Campeonato de España sub-20. “He elegido esta prueba porque es la que más me gusta y divierte. No es monótona, no es repetitiva. La ría y los obstáculos la hacen distinta, más viva, más emocionante. No obstante, siento que, a largo plazo, me veo corriendo o los 5.000m o los 10.000m”, vaticina Nara.
En lo deportivo, soy ambiciosa, constante, disciplinada y ganadora
Nara Elipe
Actualmente, la joven deportista castellonense entrena en Valencia, donde cursa sus estudios del Grado en Sociología. “Utilizo el cauce del Río Turia para hacer rodajes largos y cambios, mientras que las series las hago en las pistas del estadio y el trabajo de gimnasio lo desarrollo en La Petxina. Los fines de semana, vuelvo a mi pueblo, a Ain, donde hago cuestas y salidas por un terreno más exigente”, explica Elipe, ya clasificada para el Europeo sub-20 de julio.
Ligeramente tímida, a la hora de autodefinirse, estas son sus palabras. “En lo deportivo, soy ambiciosa, constante, disciplinada y ganadora. He de mejorar en la gestión de los nervios o el estrés previo a las carreras. A veces, me pongo una presión excesiva, lo cual puede ser contraproducente. También me gusta practicar otros deportes al aire libre, como el ciclismo de montaña, la natación y el frontón”, indica. En cuanto a sus referentes, Nara cita a dos nombres propios: “a nivel internacional, me quedo con Sifan Hassan. Y en territorio doméstico, me fijo mucho en Irene Sánchez Escribano”. Así es Nara Elipe, una enamorada del atletismo. Sobre todo, “por conocer a mucha gente con las mismas inquietudes y sueños que tú, y por la sensación de competir. Cuando te encuentras bien, es como si volaras sobre la pista”, concluye la deportista del Playas de Castellón