“Mucho que decir todavía”. Es el titular de un texto publicado por esta misma página web hace 2 meses, el pasado 16 de julio, y dedicado a Javier Lluch Pérez. El enunciado destilaba ambición y confianza. No era gratuito. En aquel momento, Javier, de 21 años, empezaba a resurgir. Volvía a disfrutar. Y, sobre todo, a ganar. A finales de junio, se adjudicó el Campeonato de España por clubes en Galicia. Dos semanas más tarde, se imponía en la prueba absoluta masculina del Nacional por Comunidades Autónomas, evento disputado en Tres Cantos. En gran medida, el resurgimiento del deportista FER estaba directamente vinculado con su regreso a casa. En abril, Lluch Pérez dejó (al menos, por el momento) los Estados Unidos. Volvió a su tierra y agigantó, de nuevo, su figura. Encaró pletórico el Campeonato de Europa sub-23 en su ciudad. Y se coronó con una extraordinaria medalla de plata. Además, al día siguiente, contribuyó al bronce conquistado por el cuarteto español en la prueba del relevo mixto. El deportista valenciano recuperó las sensaciones experimentadas en los Europeos junior de 2016, oro en Lisboa, y 2017, plata en Austria. Javi vuelve a volar. Y aún le quedan dos años más como sub-23. Imposible contener la ilusión.
Sé que llegaba muy bien. Durante los últimos meses, las sensaciones eran extraordinarias. Ahora bien, de ahí a pensar que puedes ser subcampeón de Europa sub-23, hay un abismo. La plata del sábado es increíble. Todavía no me lo creo.
Sin duda, este logro del pasado sábado es especial. La valoro más que el título continental junior de 2016. Lógicamente, aquel oro de Lisboa siempre estará en mi corazón. Es algo inolvidable. Pero conseguir un éxito de esta envergadura en Valencia, ante mi familia, ante mis amigos y ante mis compañeros de entrenamiento es una sensación indescriptible.
Me enteré el viernes por la mañana, tras el comunicado oficial de la organización. La verdad es que no me afectó en exceso la noticia. Aunque toda la preparación había estado dirigida a la distancia olímpica, sabía que también podía hacerlo bien en la modalidad sprint, como así ocurrió. Aunque sólo he hecho dos triatlones de distancia olímpica, creo que puedo hacerlo bien en ambas disciplinas.
Tomé la decisión de irme a Estados Unidos en septiembre de 2017. No estoy arrepentido. He estado allí un año y medio. Ha sido una gran experiencia; bien es cierto que más en lo personal que en lo deportivo. Desde luego, estos 5 meses que llevo en Valencia han resultado fantásticos. He estado muy cómodo en el grupo que coordina Emilio Aguayo. Aún no sé qué decisión tomaré de forma definitiva. Primero, quiero acabar la temporada. Lo decidiré en octubre.
De momento, haré el Campeonato de España distancia olímpica el 28 de septiembre en La Coruña y, después, intentaré lograr la plaza para la competición del ProTour de mediados de octubre, una prueba que me hace especial ilusión. Con respecto al futuro, yo soy el primer ilusionado. Este logro del pasado sábado me da una fuerte inyección de moral, confianza y seguridad. Espero que sea el principio de una etapa exitosa.