El estreno soñado y el broche perfecto. No son términos incompatibles. Es todo aquello que ha representado la actuación de Iván Cano Blanco en la última jornada de competición en los Juegos Paralímpicos de Tokio. El atleta alicantino, de 26 años, ha logrado la medalla de plata en la prueba de salto de longitud T13 (discapacidad visual). Un hito que, por una parte, ha supuesto un magnífico bautismo del deportista FER en unos Juegos y que, por otra, ha significado una gran rúbrica al exitoso balance del equipo FER en Tokio. En total, seis medallas: un oro, tres platas y dos bronces.
Antes de viajar a Tokio, Iván Cano repitió, en diferentes ocasiones, que, para subir al podio, debía superar o, cuanto menos, rondar su marca personal, ese salto de 7,04m que, hace dos años, le concedió la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Dubái. Y así fue. En última instancia, ni rebasó ni se acercó a ese registro. Lo repitió. Lo clavó. Además, en su primer intento. Es decir, el alicantino siguió el camino que, días atrás, le habían mostrado en el mismo escenario los lanzadores Miriam Martinez y Héctor Cabrera. En este tipo de concursos, un buen inicio acerca a la medalla. En las siguientes tentativas, el deportista FER rozó, de nuevo, los 7 metros, pero ni pudo mejorar lo volado en su primer brinco. El oro, con el azerbaiyano Aslanov en otra dimensión, era imposible. La plata, por tanto, constituía un excelente resultado.
“Ha sido una experiencia inolvidable. Competir en unos Juegos, hacerlo en este majestuoso estadio, saltar en este foso, conseguir una plata… no tengo palabras para definir cómo me siento”, comentaba Iván Cano, quien añadía: “Hablé con Héctor Cabrera y coincidimos. Empezar bien, arriesgar y arrancar el concurso con un gran salto o lanzamiento es clave. Te da tranquilidad, te sitúa en la competición y obliga al resto”, señalaba el deportista alicantino.
Sobre la curiosidad de haber repetido la marca que le otorgó el bronce en el Mundial de Dubái de 2019, Iván Cano comentó: “Que no se mal interprete, pero creo que valgo más, creo que puedo saltar más que estos 7,04m de Dubái y de Tokio. Éste es el reto para el siguiente ciclo”. El atleta alicantino explicó que no había afrontado el último salto “porque en el quinto me hice daño en el tobillo y, ya con la plata asegurada, no quise arriesgar”. Por último, Iván agradeció el apoyo de la Fundación Trinidad Alfonso y del Proyecto FER: “su impulso es clave para que nos centremos en el deporte. Los resultados en estos Juegos Paralímpicos han sido muy buenos”. De esta manera, Iván Cano se consolida como un activo muy sólido y fiable. Además, enriquece un palmarés que, entre otros éxitos, ya acogía cuatro medallas (dos oros y dos platas) en otros tantos Campeonatos de Europa, y una plata y un bronce en sendos Campeonatos del Mundo.
La delegación FER regresa de estos Juegos Paralímpicos de Tokio con un balance final de 6 medallas: el oro de Kim López (lanzamiento de peso F12); las platas de Héctor Catalá (paratriatlón PTV1), Miriam Martínez Rico (lanzamiento de peso F36), e Iván Cano Blanco (salto de longitud T13); y los bronces de Ricardo Ten (velocidad por equipos en ciclismo en pista) y Héctor Cabrera (lanzamiento de jabalina F13). Una gran cosecha. Un brillante botín. La cuenta atrás hacia París 2024 ya ha empezado. Antes, sin embargo, quedan muchos Mundiales y Europeos por delante. Hay presente y hay futuro.