Iker Moreno, Elsa Badal y Andrea Sales: 2025 será mejor

Como es habitual, el atletismo sigue siendo la modalidad con más presencia en el Proyecto FER. En 2024, el rey de los deportes incorporó al equipo FER a tres nuevos representantes. Por unas u otras razones, ninguno de los tres ha tenido una temporada fácil. Los conocemos mejor.

Iker Moreno

Del fútbol, al atletismo. Iker Moreno Morata (Betxí, 18 años) practicaba el fútbol, “pero no me divertía en exceso. Por ello, a los 10 años, y sin tradición familiar alguna, les dije a ms padres que quería hacer atletismo. Éste fue mi origen en este deporte. Empecé entrenando en Onda. Desde 2020, mi día a día ya se desarrolla en el estadio Gaetà Huguet de Castelló de la Plana”, recuerda el joven deportista FER. Iker explica así su apuesta por las combinadas: “Me gustan todas las pruebas. Me resulta difícil quedarme con una modalidad en concreto. Además, si siempre hiciera lo mismo, me acabaría aburriendo. Las combinadas son más duras, sí, pero te permiten hacer un poco de todo. Cada decatlón o cada heptatlón es una aventura. Ése es su principal encanto”, comenta el atleta castellonense.

Iker Moreno cree que es mejor decatleta que heptatleta. “Me gusta más competir al aire libre que bajo techo. Uno de mis puntos fuertes es la velocidad. En el decatlón, suelo aprovechar bastante los 110m vallas, los 100m y los 400m lisos. También se me da bien la longitud. Por contra, he de mejorar en el salto con pértiga y en el lanzamiento de peso”, señala Iker, quien se define “como competitivo. Lo doy todo hasta el último momento. Quizás, me falte controlar los nervios a la hora de competir. No obstante, estoy mejorando con el paso del tiempo”. Si no hiciera atletismo, Iker hubiera escogido la natación. Cuando se le pregunta por su referente, no tiene dudas: Jorge Ureña. En 2024, no pudo competir en pista cubierta por culpa de diversas lesiones musculares en los isquiotibiales. Aunque no estaba plenamente recuperado, sí pudo disputar el Nacional sub-20 al aire libre. Logró una meritoria medalla de plata. Además, en casa, en Castelló.

Elsa Badal

Explosiva en la salida de los tacos, buena técnica de carrera y buen ‘aterrizaje’ tras superar las vallas. Son las virtudes que destaca de sí misma Elsa Badal (Vilafamés, Castellón, 18 años, experta en los 60m y en los 100m vallas). Por contra, he de mejorar en la pierna de paso, he de ser más rápida en este detalle concreto; además, he de convencerme de que lo puedo hacer bien, tengo que desterrar algunos temores antes de las competiciones”, comenta la joven vallista castellonense. Elsa se inició en el atletismo “de forma casual y fortuita. Un día, nos impartieron una charla en el colegio en la que nos hablaron de este deporte. Me llamó la atención. Poco tiempo después, hice las pruebas y las pasé. Ahí y así empezó mi relación con el atletismo”, explica la componente del Proyecto FER, para quien su deporte conlleva dureza y esfuerzo, “pero también desconexión y grandes experiencias”.

En un principio, Elsa Badal empezó haciendo combinadas, “pero mis mejores resultados siempre llegaban con las vallas. Además, era la prueba en la que más disfrutaba. Por ello, desde 2022, me centré en esta especialidad. No obstante, también hago velocidad, porque me ayuda a mejorar”, afirma la joven atleta castellonense. En la actual temporada, Elsa ha cubierto su primer curso en la categoría sub-20. Logró el bronce en el Nacional bajo techo, y consiguió la plata al aire libre. “Estoy segura de que en 2025 sí podre ser campeona de España”, afirma. Introvertida, trabajadora y perfeccionista, Elsa espera, con el tiempo, llegar al nivel de las Xenia Benach, Claudia Villlalante y, sobre todo, Paula Blanquer, a quien admira y en quien se inspira. Ahora bien, cuando se le preguntan por sus grandes referentes, se queda con la nigeriana Tobi Amusan y con la estadounidense Jasmine Camacho-Quinn.

Andrea Sales

Los testimonios de unas amigas resultaron determinantes para que Andrea Sales (Vall d’Alba, Castellón, 17 años) abandonara la gimnasia rítmica y se inclinara por el atletismo. Tras dos cursos experimentando en diversas pruebas, acabó eligiendo el lanzamiento de martillo. Andrea se define como “una persona muy constante, perseverante, con ideas claras y optimista. Para la prueba que practico, creo que tengo buena altura y coordinación. Además, sé controlar bastante bien los nervios. Quizás, me sobre meterme demasiada presión. Ser autoexigente está bien. Serlo en exceso, no”, explica la joven deportista castellonense, quien ha sufrido un calvario de lesiones en la rodilla durante el año que ya acaba. A principios de 2024, sí pudo conseguir el oro en el Campeonato de España sub-20 de invierno de lanzamientos largos. Poco después, llegó la pesadilla con las dolencias en ambas rodillas. Estuvo inactiva y sin competir durante casi medio año. 

A Andrea, de su deporte, le gustan, sobre todo, “las experiencias que te permite vivir y la cantidad de personas que te permite conocer. Lo peor, sin duda, las lesiones, esos contratiempos que convierten en más difícil el camino hacia los objetivos marcados”. Con respecto a sus otras aficiones, la lanzadora castellonense es una amante del campo “para desconectar. También me gustan mucho los animales. De hecho, uno de sus deportes preferidos es la equitación.