Hugo Arillo (Elche, 28/02/2002) está preparado. El joven taekwondista alicantino ha quemado etapas y, en pocas semanas, se convertirá en deportista de categoría absoluta. En su último curso como junior, Hugo ha firmado un excelente 2019. En casi todos los torneos en los que ha estado presente, ha logrado medallas. La última, el bronce conseguido este pasado fin de semana en el Europeo junor celebrado Marina d’Or. Ahora, Hugo ve como «un reto apasionante» codearse, medirse y competir con los mejores. Sabe lo complicado que es el desafío, pero se toma estos próximos meses, hasta los Juegos Olímpicos de Tokio, para «aprender». Una vez pasados los Juegos y una vez asimilado el cambio de ciclo, comenzará su verdadera aventura.
La verdad es que llevo un 2019, y lo digo con toda la humildad del mundo, excelente. Ahora bien, me lo esperaba. Es cierto que empezamos un poco flojos. Pero, a partir de marzo, en el Open de Bélgica, mejoramos muy claramente. Me conozco muy bien como deportista y sabía que este año podía ser exitoso. De momento, los resultados me están acompañando.
Fue una pena. Comencé el torneo con ilusión y ganas, pero al final del primer combate, me dio una pájara y empecé a sentirme mal. De hecho, tuve que marcharme al vestuario en varias ocasiones. A pesar de ello, quise afrontar la segunda ronda. En el segundo combate, ya estaba muy flojo, pude dar guerra, pero me batieron en el punto de oro.
Todos los combates que me tocó librar fueron duros,. Además, con rivales que habían obtenido títulos. El segundo cruce, por ejemplo, fue muy ajustado y se decidió por muy poco. En cuartos de final, pasó lo mismo; y en semifinales, contra Grecia, empecé mal el primer asalto. Es verdad que en el segundo me recuperé, pero en el tercero y último, me dio un bajón y ahí es donde se nos escapó la final. Aún así, estoy muy feliz con el bronce que me colgué. Conseguir un metal en un Europeo nunca es sencillo.
Es un aliciente nuevo en mi carrera. Y un reto que me motiva muchísimo. Dentro de tres semanas, me estreno en el Open de Serbia, descanso una semana y, luego, de manera consecutiva, compito en el Open de Grecia y en el Open de París. Será una buena manera de probarme e ir tomando contacto con la categoría absoluta. De aquí a los Juegos, me lo tomo como un tiempo para aprender y adaptarme, ya que después del ciclo olímpico siempre cambian mucho las cosas. En definitiva, estoy muy ilusionado.