Apasionado de su deporte, estudioso de los rivales, metódico en su día a día, riguroso en su planificación, autoexigente en las competiciones, frío y autocrítico en los análisis… Con tales características, es fácil pensar que Héctor Catalá (Serra, Valencia, 36 años recién cumplidos) está preparando los Juegos Paralímpicos con máximo esmero, con gran detalle, con total pulcritud, con absoluta atención. El triatleta paralímpico (categoría PTV1, discapacidad visual) ha optado por anteponer los entrenamientos y las concentraciones a las carreras. Ha dosificado los esfuerzos. Ha sido más selectivo. Y todo, con un objetivo: aterrizar en París en las mejores condiciones posibles.
Sin embargo, ahora, a apenas dos meses de los Juegos, ha llegado el momento de probarse. El deportista FER se dispone a disputar la primera prueba internacional del año. Será, al tiempo, la última antes de París 2024. Este sábado, Héctor estará presente en la Serie Mundial de Montreal. En cuanto regrese de Canadá, nuevo tiempo de recogimiento y de concentración en altura en Sierra Nevada, su particular segunda casa.
Muchas. De hecho, no recuerdo una sensación como la actual en mucho tiempo. Son ganas que van más allá de un resultado, de una clasificación o de un crono. Son ganas íntimas, profundas. No compito en un evento internacional desde 2023 y estoy deseoso de volver a experimentar esas sensaciones y esa adrenalina.
No, no me encuentro al 100%. Al margen de que mi entrenador, Carles Fuentes, ha diseñado el proceso para llegar a tope a los Juegos Paralímpicos, hay que tener en cuenta que he sufrido unas molestias en mi rodilla izquierda durante el mes de mayo. Por tanto, aunque me gustaría estar ya en plenitud, hay que ser cauto y respetar los tiempos. Si todo va bien, llegaré al máximo en los Juegos.
No hubo apenas dudas. Fue una decisión consensuada con el entrenador, el guía y yo mismo. Las competiciones implicaban viajes muy largos, con todo lo que ello supone. Una vez teníamos la clasificación prácticamente asegurada, era preferible entrenar bien. Además, yo soy una persona que no tiene problema por estar tiempo sin competir y que no se agobia con su rutina de entrenamientos.
Por supuesto. Sigo pensando que soy competitivo y capaz de lo mejor. Lo que ocurre es que no compito sólo y el resto también son muy buenos. En la actualidad, diría que somos unos 6 tándems muy parejos, muy igualados y aspirantes a todo. Muchas veces, un mínimo detalle te puede bajar del podio o te puede cambiar el color de la medalla. Dicho todo esto, me quedo con que todavía tengo hambre, y con mi sensación de estabilidad emocional.
Todos ellos son grandes rivales. No creo que sean inaccesibles. Que en 2023 no los haya superado, no significa que no lo pueda hacer en esta temporada. Como he dicho antes, estamos todos muy igualados. Habrá resultados y clasificaciones para todos los gustos. Al tiempo.