“Me voy de Río con sensaciones agridulces. De decepción por no haber estado en mis marcas y por no haber cumplido mi sueño de conseguir una medalla, pero también, de alegría por haber vivido una experiencia realmente emocionante. Todavía soy muy joven y hoy mismo empeño mi palabra. En Tokio estaré en el podio”. Con estas palabras, mezcla de rabia y de ambición, se expresaba Héctor Cabrera el pasado 14 de septiembre de 2016. Acababa de ser quinto en el lanzamiento de jabalina F13 de los Juegos Paralímpicos de Río. Cinco años más tarde, el atleta valenciano (de 27 años) ha cumplido su promesa tras ser medalla de bronce en Tokio con un mejor lanzamiento de 61,13m. Un logro de mucho mérito tras las serias complicaciones sufridas en el último año.
El atleta FER se presentaba en la capital nipona con dudas. Las derivadas de la grave lesión sufrida en julio de 2020 y que le obligó a pasar por el quirófano para operarse de la rodilla derecha. Y las derivadas de la última gran competición disputada. El pasado 4 de junio, Héctor Cabrera no pudo subir al podio en el Campeonato de Europa, evento en el que había encadenado tres títulos continentales en las ediciones de 2014, 2016 y 2018. “Hace un año y medio, si no se hubiera interpuesto en mi camino aquel fatídico 23 de julio de 2020, mi objetivo, sin ninguna duda, hubiera sido el oro. En la actualidad, con mis actuales condiciones físicas, este bronce me sabe a gloria. Sólo diré que, ahora mismo, me duele mucho mi rodilla derecha pese al fortísimo vendaje que le hemos aplicado antes de empezar la competición. Por tanto, no puedo estar más contento del logro alcanzado”, explicaba el deportista de Oliva.
Preguntado por si le había perjudicado la intensa y pertinaz lluvia caída sobre Tokio en el momento de la competición, Héctor Cabrera ha sido muy sincero. “Pese a la lluvia, el concurso se ha desarrollado con normalidad. No me ha condicionado en absoluto. Lo que ha ocurrido es que el cuerpo no daba para más. Ante la posibilidad de que la final se me pudiera hacer larga, he querido empezar a tope”, comentaba el deportista FER. De hecho, su mejor lanzamiento, los 61,13m que le han concedido el bronce, ha llegado en el primer intento. Después, su segundo mejor tiro ha alcanzado los 60,77m. Cabe recordar que Héctor se ha quedado a más de tres metros de su mejor registro de siempre, los espectaculares 64,89m hasta los que proyectó su artefacto en el Mundial de Dubái, en noviembre de 2019, y con los que, aún hoy, ostenta el récord mundial de jabalina F12.
Más relajado tras toda la tensión acumulada en los días previos, Héctor Cabrera quiso acordarse de su abuelo, fallecido en 2016. “No pude dedicarle una medalla en los Juegos de Río, pero hoy, aunque con un poco de retraso, este podio va para él”, señalaba, con la voz entrecortada. Y añadía. “Ahora, sólo deseo llegar a mi casa, reencontrarme y celebrar esta medalla con mi familia, y descansar. Me hace falta descansar. Dentro de un tiempo, ya pensaremos en el Mundial del próximo año y en los Juegos de París 2024. Ahora, sólo quiero desconectar y evadirme. Lo necesito”, señalaba Cabrera con su medalla al cuello. Hoy, de momento, ha cumplido una promesa y ha saldado una cuenta pendiente desde hace 5 años.