Tocado por una especie de varita mágica, reforzado por un carisma especial y, sobre todo, avalado por unas privilegiadas condiciones técnicas y físicas, Héctor Álvarez (Benidorm, 17 años) continúa absorbiendo focos y atenciones. No es para menos. De momento, su temporada es sobresaliente. Prueba que afronta, carrera en la que brilla. Sin distinciones. El ciclista alicantino está cumpliendo, con creces, uno de los objetivos que se había trazado para este curso: dar un paso adelante en la ruta. Más bien, un salto de gigante. No sólo es el único componente del Proyecto FER que vuela sobre el asfalto. También Enrique Maranchón, otro joven valor del ciclismo valenciano, empieza a desplegar las alas. Durante este pasado fin de semana, ambos dejaron más muestras de su pujanza y calidad. Fue durante la Eroica, una de las rondas internacionales más prestigiosas en categoría junior. Se celebra en Italia y pertenece a la Copa de las Naciones.
Héctor Álvarez: el hábito de ganar
Los hechos hablan por sí mismos. Son suficientemente elocuentes. No exigen más comentarios adicionales. Desde que arrancó la temporada, Héctor Álvarez ha estado presente en tres pruebas internacionales. A mediados de marzo, ganó la segunda y última etapa de la Guido Reybrouck Classic, en Bélgica. A principios de abril, fue noveno en la Paris-Roubaix junior, resultado que hubiera podido ser mucho mejor sin el inoportuno pinchazo sufrido en el momento decisivo de la carrera. Y el pasado domingo, se adjudicaba la general de la Eroica Juniores, célebre ronda por etapas y correspondiente a la Copa de las Naciones junior. En este último caso, no sólo se enfundó el maillot amarillo y no sólo fue el mejor de los más de 130 participantes. Además, ejerció un dominio incontestable. Desde la primera hasta la cuarta y última etapa, exhibió una omnipresencia muy llamativa. Protagonismo de principio a fin. Hasta el triunfo absoluto.
A base de vatios y ritmos imposibles para los rivales, Héctor Álvarez se reafirma como uno de los grandes talentos del ciclismo nacional e internacional. Hace escasamente tres semanas, el ciclista FER expresaba uno de sus propósitos para esta temporada: ganar alguna prueba de la Copa de las Naciones. Ya lo ha logrado. En su palmarés, ya figura un hito que, por ejemplo, no pudieron conquistar ni Juan Ayuso ni Carlos Rodríguez. En las próximas semanas, el ciclista alicantino afrontará más retos. No obstante, su calendario incluye, especialmente, dos grandes citas. En el mes de julio, disputará en Alemania el Europeo en pista, evento en el que defenderá el título de campeón continental de ómnium. Y a finales de septiembre, turno para el Mundial de ruta, en Suiza.
Enrique Maranchón: ejemplo de éxito instantáneo
Todo un ejemplo de precocidad, de rapidísima adaptación y de éxito inmediato. Enrique Maranchón se introdujo en el ciclismo hace poco tiempo. Hasta 2020, practicaba el fútbol. Jugaba en un equipo de Utiel, “y, la verdad, no se me daba nada mal. Pero a raíz de la pandemia, cambié el balón por la bicicleta. Fue en 2022, cuando pasé a formar parte de mi primer equipo. Y el pasado año, para mi sorpresa, quedé doble campeón de España cadete en ruta, en la crono y en la prueba en línea”, explica el nuevo embajador FER (Caudete de las Fuentes, 17 años). Pese a su corta vinculación con el ciclismo, Enrique Maranchón es un enamorado del deporte de las dos ruedas: “Salir a entrenar me despeja, me permite pensar en mis cosas y conocerme mejor. Además, pese a que pueda parecer una contradicción, el ciclismo es sufrimiento, sí, pero también se puede disfrutar sufriendo. Y, por supuesto, transmite muchos valores: esfuerzo, respeto, disciplina, el valor de las cosas, el comprobar que, en esta vida, nada es gratis y hay que trabajárselo…”, comenta.
De momento, Enrique Maranchón se ha especializado en la ruta, “si bien, mis entrenadores me recomiendan que haga también algo de pista porque me vendría bien para la contrarreloj”. Su temporada también es excelente. Ganó la primera prueba de la Copa de España junior, en Don Benito. Se proclamó campeón de la Volta al Concelho de Loulé, en Portugal. Y, hace pocos días, firmó una gran actuación en la Eroica (29ª plaza en la general y segundo de los seis españoles).
El nuevo ciclista FER, que entrena habitualmente por la zona de Utiel y Requena, se considera bastante completo: “Al principio, era, sobre todo, escalador, pero, ya durante los últimos meses de la temporada pasada, vi que también lo podía hacer bien en la contrarreloj”, comenta. Familiar, tranquilo, perseverante y, “a veces, “un poco despistado”, el nuevo deportista FER se declara seguidor de la NBA, del fútbol y de los deportes de motor. Maranchón tiene como gran ídolo al belga Remco Evenepoel. “Remco también empezó con el fútbol y, después, pasó al ciclismo”. ¿Premonición?