“Si sigue como hasta ahora y mantiene la progresión, va a conseguir logros muy importantes”. Estas palabras no constituyen un diagnóstico cualquiera. Es la valoración que hace una leyenda sobre una gran promesa del deporte adaptado español. Es la evaluación de Ricardo Ten sobre Eva Coronado. El longevo y laureado nadador valenciano (cuatro medallas en cinco Juegos Paralímpicos) sabe de lo que habla. Su experiencia y su bagaje le otorgan un don especial para detectar nuevos talentos. Para intuir figuras en ciernes. Si Ricardo apuesta y bendice a Eva, no es por una simple cuestión de gratitud y cortesía por ser el ídolo de la novel nadadora valenciana. Tampoco porque compartan club, el Aquatic Campanar de Valencia. Hay mucho más. Y los hechos así lo atestiguan.
Con tan solo 6 años, Eva Coronado (Aldaia, 16/05/1999) sufrió una crisis epiléptica que le dejó secuelas cognitivas, de equilibrio y de coordinación. Aunque los años inmediatamente posteriores fueron difíciles, “la piscina se convirtió en el mejor antídoto para sus problemas. El deporte y la natación permitieron que recuperara su autoestima, las ganas de vivir, de superarse a sí misma, de enfrentarse a retos”, señala Pilar, su madre. Pero claro, lo que empezó siendo una medicina se ha convertido en una adicción. Positiva y enriquecedora, por supuesto. El punto de inflexión entre la afición y la dedicación llegó en 2014, cuando se proclamó campeona de aguas abiertas de la Comunidad Valenciana. Ahora, Eva entrena entre 4 y 5 horas cada día. La nadadora FER experimenta una evolución meteórica. Es tal su crecimiento que la presencia en los Juegos de Tokio 2020 ya no supone ninguna utopía. Más bien, al contrario.
Incluida en la categoría S14 (discapacidad intelectual), no hay Campeonato de España en la que no despunte. Sin ir más lejos, a principios de 2017, de los casi 150 nadadores participantes en el Nacional de jóvenes promesas AXA, Eva Coronado consiguió el título de mejor deportista del certamen, galardón que se concede al participante que suma más puntos en todas las pruebas que disputa. Y en los dos Campeonatos de España absolutos, tanto en el de Comunidades Autónomas, como en el de clubes, acumula oros como quien colecciona sellos. Solo cede en determinadas pruebas ante la tinerfeña Michelle Alonso, campeona en los 100m braza en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
Eva es un modelo de polivalencia. Practica los cuatro estilos. Su gran especialidad son los 100m espalda. Su punto débil, la braza. Ahora, como el resto de nadadores paralímpicos de todo el planeta, esperan, impacientes, noticias sobre si el Campeonato del Mundo que debía disputarse en México a principios de octubre y que fue suspendido la pasada semana a causa de los terremotos sufridos por el país centroamericano, todavía puede celebrarse antes de la conclusión de 2017. La deportista FER había preparado este certamen a conciencia. Incluso, con una concentración en Sierra Nevada. Haya o no Mundial antes de que acabe este año, Eva es lo más parecido a un diamante en bruto. Junto con Ariadna Edo, alumbra el futuro de la natación adaptada valenciana. Y está bendecida por Ricardo Ten. El mejor aval posible.