Nada mejor que desplazarse casi un mes hasta Japón, la cuna del judo, para preparar a conciencia, y en el mejor entorno posible, las grandes citas de la temporada. Desde el pasado 7 de julio, tres componentes del Proyecto FER pulen en el país nipón sus respectivas puestas a punto de cara a los eventos culminantes del año. Son Ana Pérez Box, Mireia Rodríguez y Salvador Cases. Tres judocas enamorados de este arte marcial y que están viviendo una apasionante experiencia en la ciudad de Okayama. Los tres llevan una fantástico curso. No obstante, aspiran a rubricar sus magníficos ejercicios con un éxito en los eventos más significados del curso.
De los 3, la mayor es Ana Pérez Box, judoca alicantina, inmersa en una fase de evidente crecimiento y progresión. Así lo reflejó en el Campeonato de Europa del pasado mes de abril en Israel, donde rozó el pase a los cuartos de final. Así lo demostró en los Juegos Mediterráneos, evento en el que se quedó a las puertas de la medalla de bronce. Pero, sobre todo, así lo plasmó con la fantástica medalla de bronce alcanzada en el prestigioso y selectivo Gran Prix de Hohot, China, a finales del mes de mayo. Ahora, la judoca FER fija su atención en el Campeonato del Mundo, previsto en Bakú a mediados de septiembre. “Ya mismo, firmaría llegar a cuartos de final del Mundial. Firmaría acabar entre las 8 mejores del mundo en mi categoría”, explica Ana. De todo lo vivido y aprendido en Japón, la alicantina se queda con “el concepto de equipo que tienen aquí. Ese sentimiento grupal y de solidaridad es lo que, si pudiera, me llevaría a la Comunitat Valenciana”, concluye la deportista FER.
Los otros dos judocas FER que se están empapando de la esencia del judo en Japón son Salvador Cases y Mireia Rodríguez. Salva, nacido en Alicante y de 20 años, está a punto de cerrar su tercera y última temporada como junior. Quiere despedirse de esta categoría de edad a lo grande. De momento, va camino de ello. En 2018, ha sido campeón de España, oro en la Copa de Europa de Coimbra, plata en la Copa de Europa de La Coruña y bronce en la Copa del Mundo absoluta de Madrid. Unos brillantes registros que aspira a redondear en los grandes certámenes del curso: el Campeonato de Europa (del 6 al 9 de septiembre en Bulgaria) y el del Mundo (18-21 de octubre en Bahamas). “El pasado año, en ambos torneos, acabé séptimo. En ambos casos, cuando perdí los cruces de cuartos, me vine abajo. Esta vez, quiero conseguir sí o sí, al menos, una medalla. Todo lo que no sea alcanzar un podio será una gran decepción. Y de lo que he visto aquí durante estas semanas, me ha impactado especialmente el comprobar que el judo es casi una religión. Hay una cultura del respeto impresionante”, apunta Cases.
Si Salvador Cases vive en 2018 su tercer y último curso, Mireia Rodríguez (Castalla, Alicante, 17 años) debuta esta temporada en la categoría. Al igual que Cases, ha acumulado cuatro podios durante este ejercicio, y prepara su participación en el Europeo de Bulgaria y el Mundial de Bahamas. Dotada de un talento y unas condiciones innatas para el judo, Mireia encara estas dos grandes citas con ambición y con ganas de resarcirse del disgusto sufrido el pasado año, cuando se lesionó en la clavícula momentos antes del Europeo cadete. “La experiencia está siendo genial. Muy enriquecedora”, apunta Mireia. “Nunca había entrenado con gente de tanto nivel. Me ha encantado conocer las costumbres y las formas de entrenar de este país, que es la cuna del judo. He aprendido mucho”, concluye la deportista de Castalla. Grandes conclusiones que los tres judocas intentarán proyectar en las próximas semanas, en los eventos cumbre del año.