Orlando Ortega, Yidiel Contreras y… después, el Proyecto FER. Tras los dos atletas cubanos con pasaporte español, los dos grandes nombres propios de presente y futuro en los 60m y los 110m vallas son valencianos y lo comparten casi todo. Pese a ser rivales, mantienen una estrecha y sólida amistad. Ambos forman parte del Club de Córrer el Garbí de Gandía. Los dos han nacido y viven en sendas localidades de la misma comarca, La Safor. Además, están entrenados por un prestigioso y reconocido preparador, Toni Puig, una especie de mago del atletismo en cuyas manos se encuentran dos auténticas joyas por pulir. Dos diamantes. Sus nombres, Luis Salort (Gandía, 19 años) y Enrique Llopis (Bellreguard, 18 años). El primero forma parte del Proyecto FER desde 2015. El segundo se ha incorporado este año al programa de ayuda y promoción a deportistas de la Comunitat Valenciano impulsado por la Fundación Trinidad Alfonso. Y con su llegada, el FER se hace más grande. Por diversos motivos.
Enrique Llopis es otro prodigio en ciernes. Apunta a un deportista gigante. De altura. Y no solo por sus 190 centímetros, que le conceden unas virtudes excelentes, casi envidiables, para la modalidad que practica: las vallas. Su incorporación al atletismo fue relativamente tardía. Él mismo lo explica: “yo jugaba a fútbol. Pero a los 14 años, me apunté a una escuela de verano de atletismo que organizaba el Club El Garbí. Hice una serie de pruebas y los entrenadores me dijeron que tenía grandes capacidades. Así que me dejé el fútbol y me dediqué plenamente al atletismo. Cuatro años más tarde, agradezco aquella decisión. Ahora, este deporte es una auténtica pasión”, comenta el joven atleta de Bellreguard. “Lo que menos me gusta del atletismo son los casos de dopaje; lo que más, el buen ambiente que se genera en las competiciones. Aquí no hay rivales, aquí hay compañeros y amigos”, añade Enrique Llopis.
“Mi punto débil es la salida desde los tacos. Es una faceta que he de mejorar. Por contra, mi principal fortaleza es la progresión en carrera, la velocidad”, apunta Enrique Llopis, quien, además, se define como una “persona disciplinada, tranquila, aunque esa serenidad se transforma en nervios e inquietud antes de las pruebas”, añade el atleta valenciano. Tanto en la categoría cadete como en la juvenil, el nuevo deportista FER ha impuesto su ley en todos los eventos. El pasado verano, rozó el bronce en el Mundial sub’18 de Kenia. Se quedó a tres centésimas del bronce. Puestos a encontrar diferencias entre Llopis y Salort, la encontramos en los ídolos o referentes de cada uno de ellos. Mientras que Luis siempre ha dicho que le gustaría parecerse al cubano Dayron Robles, Enrique escoge al ruso Serguéi Shubenkov.
Al igual que su rival, compañero y amigo Luis Salort, Enrique Llopis maneja con naturalidad los elogios, los halagos, las alabanzas. Dicho de otra manera, gestiona con normalidad la cierta presión que, pese a su juventud, empieza a percibir ante las enormes expectativas que le rodean. “Ahora mismo, solo tengo que dedicarme a trabajar y a entrenar. Con humildad. Lo que tenga que llegar, llegará”, apunta el atleta FER. Llopis vive en 2018 su primer ejercicio como sub’20 o junior. Y su estreno ya está siendo espectacular: el pasado domingo, se convertía en el atleta español más joven de la historia en bajar de los 14 segundos en los 110m vallas con obstáculos de categoría absoluta.
En pocas semanas, se enfrentará por el reinado en la categoría con Luis Salort, un año mayor que él. Un eléctrico y apasionante cara a cara que no fue posible en la temporada de pista cubierta por dos motivos. En el Nacional absoluto, donde Salort fue plata, Quique cayó en las semifinales. En el Nacional sub’20, Quique estaba lesionado y Salort sufrió una caída en los cuartos de final. En breve, el duelo puede ofrecer tres capítulos: el Campeonato de España absoluto, el Campeonato de España sub’20 y el Mundial de la categoría en Finlandia. Pase lo que pase, ganará el deporte valenciano. Se admiten apuestas.