Casablanca, Tiblisi, Zagreb, Bakú, Rabat, Hungría y, de nuevo, Bakú. Esta es la frenética aventura que está protagonizando Laura Gómez durante este año. Kilómetros y kilómetros recorridos con una única finalidad: acumular méritos para apuntalar su candidatura olímpica y para estar el próximo año en los Juegos de Rio 2016, objetivo cada vez más cercano, aunque todavía por amarrar.
Lo cierto es que su intensa peripecia ofrece mañana una estación clave: los primeros Juegos Europeos de Bakú. La agenda de la judoka valenciana tiene marcada en rojo esta cita desde que empezó el año, “tanto por los puntos que concede de cara a los juegos de Rio, como por el prestigio que supondría la consecución de una medalla en Bakú”, comenta la propia deportista FER.
Laura no ha preparado el campeonato de Bakú de una forma distinta a cualquiera de las competiciones que ya ha afrontado durante este año 2015, ya sea un Grand Prix o un Grand Slam. En la capital de Azerbaiyán se encontrará con rivales a las que ya se conoce de memoria. “Estarán todas, y la mayoría son grandes competidoras”, señala la judoka valenciana.
Hasta el momento, Laura Gómez ha subido al podio en dos ocasiones durante este año. Alcanzó un bronce en la Copa del Mundo de Tiblisi, Georgia, en marzo, y logró otra tercera posición en el Grand Prix de Hungría hace apenas 2 semanas. Curiosamente, una de las decepciones sufridas durante este 2015 se produjo en Bakú, cuando perdió en el primer combate de un Grand Slam. Fue el 8 de mayo. Un mes y medio más tarde, Laura regresa al mismo escenario. Y lo hace dispuesta a cambiar la suerte y a convertirse en la segunda medallista del Proyecto FER en los Juegos Europeos. El bronce de Daniel Ros espera compañía.