Por su profesión, ex judoca del máximo nivel y, en la actualidad, entrenador de deportistas de élite, Sugoi Uriarte habrá pasado muchos días festivos de viaje, en torneos, en competiciones. Sin embargo, lo que está viviendo y, por desgracia, aún tendrá que vivir durante bastantes jornadas no lo olvidará fácilmente. El ReFERente del Proyecto FER se encuentra confinado en Antalya, Turquía, víctima del covid-19. No por haberse contagiado, pero sí por haber estado en contacto estrecho (en concreto, por haber compartido habitación) con un judoca que sí ha dado positivo tras someterse a una prueba PCR. “Tanto desplazamiento conlleva un riesgo. Y al final me he quemado” comenta, resignado, Sugoi desde Turquía.
Tanto desplazamiento conlleva un riesgo. Y al final me he quemado"
Sugoi Uriarte
Los hechos se remontan a la tarde noche del martes. El ex judoca nacido en Vitoria, pero valenciano de adopción, encabezaba la expedición de deportistas del CEAR (Centro Especializado de Alto Rendimiento de judo) en Valencia que la semana anterior habían competido en el Grand Slam de Georgia, y que este pasado jueves, 1 de abril, iban a disputar el Grand Slam de Turquía. “Llegamos a Antalya el lunes. Hasta este momento, estábamos siendo afortunados y estábamos esquivando el coronavirus. Yo, personalmente, intento ser muy cuidadoso y extremo las precauciones. Pero el martes por la noche, nos comunican que Daniel Pérez Román, un chico de Valladolid que lleva entrenando con nosotros casi 10 años, había dado positivo. Y yo compartía habitación con Daniel. Aunque yo era negativo, es fácilmente imaginable la preocupación que me invadió desde el primer momento”, recuerda Sugoi.
Aunque yo era negativo, es fácilmente imaginable la preocupación que me invadió desde el primer momento tras saber que mi compañero de habitación había dado positivo"
Sugoi Uriarte
A partir de ese instante, empieza toda una odisea. “Nos transmiten la mala noticia el martes por la noche. De inmediato, solicito que me cambien de habitación. No acceden a esta petición hasta bien entrada la mañana del miércoles. Mi inquietud en ese momento era saber qué iba a pasar con Ana Pérez y Julia Figueroa, tanto por si eran positivas, como por si les dejarían competir en el torneo, como si podrían regresar el viernes 2 de abril, tal y como teníamos previsto. De todas estas incógnitas, la primera en despejarse es la participación en el Grand Slam. La Federación Internacional expulsa del evento a todos los españoles que habían estado presentes una semana antes en Georgia. Esta notificación me dolió, pero lo que quería evitar a toda costa es que Julia y Ana tuvieran que quedarse aquí atrapadas un tiempo”, narra Uriarte.
Tras mucho insistir, Sugoi logra que toda la delegación española que había viajado desde Tiblisi hasta Antalya se someta a nuevas pruebas PCR. “Afortunadamente, no hubo ningún positivo más. Ni Julia, ni Ana ni yo. Me han practicado 8 test en 12 días”, recuerda el ReFERente del Proyecto FER. Por tanto, Ana Pérez y Julia Figueroa han podido regresar, pero Sugoi, pese a no ser positivo, tiene que esperar 10 días en Turquía por ser contacto estrecho con Daniel Pérez Román. “Dani está relativamente bien. Salvo un ligero dolor de cabeza, no tiene apenas síntomas. Está más afectado moralmente que otra cosa. Como yo. No es fácil asimilar que tenemos que estar encerrados en una habitación de un hotel turco hasta, cuanto menos, el día 10 de abril”, explica Sugoi.
Apasionado del deporte, Sugoi se anima con la inminencia del fin de semana. “Utilizaremos todas las aplicaciones habidas y por haber para entretenernos viendo baloncesto, fútbol y todo lo que encontremos. Por lo demás, mucha paciencia, mucha resignación y mucha calma. Al menos, Ana y Julia están en Valencia. Ahora, sólo deseo que Daniel no tenga síntomas, que llegue el día 9 para dar negativo en el siguiente test y poder volver a casa el día 10”, señala Sugoi, quien ya piensa en el Campeonato de Europa que se disputará en Portugal del 16 al 18 de abril. “Esto es mi pasión. Y quiero llevar a Tokio a dos deportistas valencianas, a Ana y a Julia. Cuando esté en Tokio, recordaré esto como una anécdota. Triste y desagradable, pero como una anécdota”, concluye Sugoi. En el tatami, siempre fue un gladiador. Ahora, lo sigue siendo.