De las 40 caras nuevas del Proyecto FER 2015, hay dos con un apelativo tan singular como reconocible. Forman parte de la selección española de balonmano femenino, un combinado que durante los últimos años ha crecido a la misma velocidad que ha cautivado el corazón de muchos aficionados al mundo del deporte. Son Silvia Navarro y Lara González, la cuota valenciana de las famosas guerreras, ese célebre epíteto nacido en los Juegos Olímpicos de 2012 y que simboliza a la perfección todos los valores que acumula el conjunto que dirige con maestría Jorge Dueñas: carácter, esfuerzo, sacrificio, afán de superación, compañerismo… Conducta ejemplar dentro y fuera de la pista. La valenciana Silvia Navarro, de 36 años, juega actualmente en el Rocasa de Gran Canaria y está considerada como una de las mejores porteras del mundo. Mientras, Lara González, lateral izquierdo alicantina nacida en 1992, milita en el Metz francés y representa el futuro y la pujanza. Ambas, al igual que el resto del admirable conglomerado al que pertenecen, aseguran emociones fuertes. Las últimas medallas conseguidas en las grandes competiciones internacionales constituyeron auténticas gestas. La mejor forma de reivindicar un deporte especialmente herido en España. Y ahora, como no, sueñan Río 2016, un billete olímpico muy caro que se dirimirá en el próximo Campeonato del Mundo de Dinamarca, en diciembre de este año. Como nuevas componentes del Proyecto FER, Silvia y Lara, Lara y Silvia, comentan sus objetivos, ilusiones y aspiraciones
¿Cómo asumís que, cuando juega la selección española de balonmano femenino, más que la selección jueguen las guerreras?
Silvia Navarro: Personalmente, lo llevo muy bien. Este apelativo me parece muy acertado y enganchó a la gente desde el primer momento. Ya se ha convertido en nuestra seña de identidad. Para mí, es un orgullo. Además, reitero, es un calificativo que nos representa a la perfección
Lara González: Creo que fue un periodista quien acuñó este término y, desde luego, acertó de pleno. Es un concepto que define muy bien a la selección. Además contribuye a darle más notoriedad a un equipo y un deporte más minoritarios como el nuestro.
Después del histórico bronce conseguido en Londres 2012, y tras el altísimo nivel alcanzado en las últimas competiciones internacionales, es casi una obligación estar en Río 2016, pero la clasificación está carísima, ¿verdad?
SN: Así es. En principio, sólo tiene acceso directo a los Juegos de Río el campeón del Campeonato del Mundo de 2015 en Dinamarca. Hay una excepción, y es que Noruega sea campeón del Mundo. Si eso ocurre, al ser Noruega el último campeón de Europa y nosotras subcampeonas continentales, automáticamente nos clasificaríamos para los Juegos de 2016 con independencia de lo que hagamos en el Mundial de Dinamarca en diciembre
LG: Al margen de lo que ha explicado Silvia, si no nos clasificamos vía Campeonato del Mundo (ya sea porque no lo ganamos nosotras ya sea porque no lo gana Noruega), tenemos todavía la opción de los Preolímpicos de marzo-abril de 2016, que tampoco serán fáciles, pero sí más accesibles que vía Mundial, sin duda.
Vamos a pensar en positivo, y vamos a confiar en vuestra presencia en los Juegos Olímpicos de 2016. El listón lo tenéis altísimo. ¿Pensáis que es factible repetir la hazaña de Londres?
SN: Ojalá podamos estar en Río y ojalá podamos repetir la consecución de una medalla. Desde luego, la trayectoria en los últimos grandes campeonatos durante los últimos años nos hace ser optimistas. Somos muy competitivas. Pero no nos engañemos. Un podio olímpico es casi una proeza y reeditar lo de Londres es dificilísimo
LG: Yo soy la “novata” del grupo. No estuve en los Juegos de Londres, lo vi por televisión y me resultó impresionante. Vivir una experiencia así en primera persona debe de ser inolvidable. Por qué no repetirlo, pero muy complicado, desde luego.
El balonmano femenino es una de las disciplinas deportivas más castigadas por la crisis. Pese a ello, la selección ha conseguido espectaculares resultados en los últimos años. ¿Qué tiene de especial ese conglomerado del que formáis parte?
SN: Formamos un bloque deportivo y humano maravilloso. Somos compañeras y casi amigas. El compañerismo predomina por encima de todo. Y no quiero olvidarme del seleccionador, Jorge Dueñas, que tiene gran parte de culpa (para bien) de nuestros éxitos
LG: El grupo humano es sanísimo. Estamos ante un equipo en mayúsculas. Todas aportan su grano de arena dentro y fuera de la pista. Nadie va de diva, no hay egos que gestionar. Hay compromiso, implicación y profesionalidad en todas y todos, jugadores, seleccionador, ayudantes… La convivencia es una maravilla.
Por último, ¿qué opinión os merece el Proyecto FER y qué significa para vosotras incorporaros a esta iniciativa?
SN: Para mí, es una enorme satisfacción. Nos ofrecen un apoyo incondicional y que nos ayuda muchísimo. Su estructura y base de trabajo es muy potente. Me parece una iniciativa maravillosa. Me identifico mucho con su filosofía de la cultura del esfuerzo. Me considero una afortunada por haberme incorporado al FER 2015.
LG: Solo tengo palabras de elogio y agradecimiento hacia la Fundación Trinidad Alfonso por impulsar este Proyecto. Es un orgullo formar parte del mismo. Y representa todo un estímulo para seguir creciendo y representando el deporte de la Comunidad Valenciana.