Disfrutar con lo que haces y no perder la pasión. Estas son las dos reglas de oro que David Levecq lleva aplicando cada día desde que comenzó a competir a los 10 años en el mundo de la natación paralímpica. Unas claves que le han permitido convertirse en un deportista de élite y vivir en primera persona varias veces el sueño de participar en unos Juegos Paralímpicos, la última en Río 2016.
«Si disfrutas con lo que haces, tienes pasión y trabajas al máximo cada día, acabarás logrando los objetivos que te propongas», indica el nadador de Burjassot.
Pero, para llegar hasta Río y obtener el reconocimiento internacional del que dispone hoy en día, el deportista FER ha tenido que invertir muchas horas de entrenamientos dentro y fuera de la piscina. Y además, tuvo que abandonar durante 6 años su tierra, su familia y amigos para irse al CAR de San Cugat.
Allí, David Levecq creció como deportista al lado de los mejores nadadores españoles, como Mireia Belmonte. «Fue una etapa muy bonita, en la que aprendí mucho y crecí como deportista. Pero después de 6 años allí, sentí que había terminado una etapa. Echaba de menos muchas cosas de Valencia, la familia y los amigos, así que decidí regresar y terminar los últimos años de mi carrera en casa», explica Levecq.
Esa decisión la tomó antes de los Juegos Paralímpicos de Río y ahora se encuentra en plena pretemporada, con el Mundial de México como gran objetivo marcado para este año.
“No quiero empezar este 2017 con Tokio 2020 como objetivo. No tengo claro que vaya a estar allí. Sé que aún puedo dar mucho de mi y quiero disfrutar paso a paso esta temporada. Luego, ya veremos. Con respecto al Mundial, para mi sería un éxito poder nadar la final de los 100m mariposa S10”, sentencia David Levecq.