De la misma forma que los Juegos Olímpicos, concluidos hace pocas jornadas, han inmortalizado para la posteridad grandes protagonistas como los gimnastas Kohei Uchimura o Simone Biles, los nadadores Michael Phelps, Mireia Belmonte o Katie Ledecky, o los atletas Usain Bolt, Wayde Van Niekerk o Mo Farah, los Juegos Paralímpicos, cuyo inicio está previsto para hoy, se presentan con una serie de nombres que ejercen de principales reclamos. Porque también el deporte adaptado tiene sus exponentes más mediáticos. Uno de ellos apenas necesita presentación. Es David Casinos, el eterno lanzador de atletismo. A sus 44 años, el deportista del Proyecto FER (Foment d’Esportistes amb Reptes), programa impulsado por la Fundación Trinidad Alfonso, todavía conserva la ambición, la ilusión y el inconformismo de un principiante. El talante perfecto para alcanzar su quinto podio paralímpico consecutivo. Ahora bien, en este caso, el oro está más caro que nunca.
Tres oros en lanzamiento de peso en Sídney 2000, en Atenas 2004 y en Pekín 2008, y oro en lanzamiento de disco en Londres 2012. ¿Serán los Juegos de Rio los del repóquer dorado?
Ojalá sea así, pero está difícil. Hay rivales muy cualificados y un servidor no puede minimizar el paso del tiempo. El quinto oro está muy caro. Ya se demostró en el Europeo de hace dos meses, aunque tampoco me preparé ese Campeonato a conciencia. Me veo en el podio, pero el primer puesto requiere de mi mejor versión.
¿La emoción previa a estos Juegos de Rio, los quintos que vas a afrontar, es muy distinta a la experimentada en Sídney, Atenas, Pekín y Londres? ¿O en esencia es la misma?
En esencia, es la misma. Obviamente, cada edición de los Juegos Paralímpicos presenta unas particularidades. Pero le emoción, la motivación, la ilusión, los nervios son los mismos. Nada es equiparable a unos Juegos.
«Nada es equiparable a unos Juegos»
De los cuatro títulos olímpicos acumulados hasta el momento, ¿de cuál guardas el mejor recuerdo?
Me quedo con el oro conseguido en Pekín 2008. La final de peso se celebró bajo una espectacular tormenta y, además, superé a los rivales de mi categoría, la F11, y también a los de la F12. Entre ese título y mi condición de abanderado en la ceremonia de inauguración, los Juegos de Pekín 2008 son imborrables.
¿Cuáles son tus principales rivales para revalidar el oro olímpico en el lanzamiento de disco F11?
Los principales son el italiano Oney Tapia, el brasileño Rodrigo Silva o el argentino Sebastián Baldassarri.
¿Te sientes como uno de los deportistas más mediáticos de estos Juegos, y no solo a nivel nacional, sino también internacional?
No sé si mediático, pero sé que concito mucha atención y levanto mucha expectación, tanto por mi historial en los Juegos, como por ser de los más veteranos. Además, siempre he recibido un trato exquisito por parte de la prensa. Todo ello representa un orgullo, pero también una mayor responsabilidad.
Por último, ¿sigues sin decidir si estos Juegos serán los últimos de tu dilatada y longeva carrera deportiva?
Sigo sin tenerlo totalmente claro. Hay días en los que me siento bien, hay otros en los que no tanto. Es muy posible que así sea, lo reconozco. Pero quiero decidirlo con calma, con tranquilidad, analizando los pros y los contras. Y eso lo haré cuando regrese a Valencia después de competir en Río. De momento, voy a vivir estos Juegos a tope, con la máxima intensidad, como si fueran los últimos.