Reducidas drásticamente por culpa de la pandemia, las alegrías deportivas durante 2020 han cotizado al alza. A menor cantidad de competiciones, más dificultades para lograr éxitos. Sin embargo, no han desaparecido por completo. Ni mucho menos. Los últimos hitos logrados por los deportistas FER han llegado en un tapiz y en una piscina. Sus firmantes han sido el taekwondista Daniel Ros y el nadador adaptado José Antonio Marí. El primero alcanzaba la medalla de bronce en el Campeonato de Europa de pesos olímpicos, certamen celebrado en Bosnia. El segundo conseguía, por dos veces, la mínima paralímpica B para estar en los Juegos de Tokio durante el próximo verano.
A Daniel Ros (Catral, Alicante, 27 años), este podio conquistado en el Europeo de pesos olímpicos le relanza. Le revitaliza después de dos años prácticamente en blanco. “Aunque siempre quieres más y aunque, todo sea dicho, en la semifinal no tuve apenas opciones contra un rival macedonio, el balance en este torneo continental es bastante positivo. Habían transcurrido casi once meses desde mi última competición. Viajé a Bosnia con mucha ilusión, pero también con dudas. Tras un paréntesis tan prolongado, mi puesta en escena era toda una incógnita. Gané dos combates y perdí claramente en semifinales. Me pongo un notable”, explica Daniel Ros.
Por encima de la medalla de bronce y del reencuentro con el podio, el deportista FER antepone la felicidad de volver a sentirse taekwondista. Ros ha vuelto a partir prácticamente de cero. El alicantino alcanzó el apogeo de su carrera deportiva a mediados de 2018, momento en que conquistó la medalla de plata en el Campeonato de Europa celebrado en Kazán. “En aquel momento, me veía con opciones muy serias de conseguir plaza olímpica. No obstante, meses después, en el tramo final de ese mismo año, tuve la desgracia de romperme un dedo de mi mano derecha y pasé dos veces por el quirófano. Conclusión, 2019 fue un curso prácticamente en blanco y en 2020 ya sabemos lo que ha pasado. Por tanto, interpreto este logro alcanzado en Bosnia como un buen punto de partida para encarar el nuevo ciclo olímpico, el que confluirá en París 2024, con plenas garantías y la máxima de las motivaciones”, expresa Daniel Ros.
Pocos días antes y pocas jornadas después de que Daniel Ros recibiera una nueva medalla de bronce continental, Jose Antonio Marí, nadador paralímpico de 32 años, lograba, por dos veces, la mínima B para los Juegos Paralímpicos del próximo verano en Tokio. Marí consiguió estos registros en la misma prueba, en los 100m mariposa S9. “Alcanzar la mínima B equivale a obtener el pasaporte virtual para estar en Tokio. No tenía ninguna duda de que lo iba a conseguir. Ya la hice en el Open de Barcelona a principios de marzo, pero la pandemia invalidó estas marcas. Es decir, nos obligaban a firmarlas de nuevo. Felizmente, las logré por dos ocasiones en tan sólo una semana. Primero, en el Torneo Castalia Castellón; después, en el Campeonato de España en Oviedo. No descarto obtener la mínima A en los próximos meses. Pero la marca B me da mucha tranquilidad”, comenta Marí.
De esta forma, el nadador adaptado valenciano estará en sus cuartos Juegos Paralímpicos. Ya disputó los de Pekín 2008, los Londres 2012, en los que logró el bronce en los 50m libres S9 y los Río 2016, en los que rozó el podio, fue cuarto, en los 400m libres S9 y terminó quinto en los 50m libres. “En Tokio, el objetivo innegociable es disputar la final de los 100m mariposa S9. Y, a partir de ese momento, a luchar por todo y a soñar con todo. En mi categoría, el nivel ha subido mucho. No soy ajeno a que el podio está carísimo; pero, de inicio, no renuncio a nada. Lo que sí deseo es ir acompañado de otros nadadores valencianos y valencianas del Proyecto FER. Cuantos más, mejor”, señala José Antonio.