Ejemplo de optimismo y de vitalidad, Daniel Andújar no puede evitar en la actualidad una cierta sensación de desaliento, de frustración, de tristeza. No es que su talante, siempre positivo y jovial, se haya convertido, de repente, en autodestrucción. No. Su desánimo es simplemente, la lógica consecuencia del peor virus que puede sufrir un deportista: una lesión.
En este caso, lesiones. En plural. El atleta alicantino, de 24 años, apenas ha podido entrenarse con normalidad desde el mes de agosto de 2018. “En aquel momento, ya afronté el Campeonato de Europa de Berlín con molestias en la rodilla derecha. Bastante hice con superar la primera criba y plantarme en semifinales. Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Desde el mes de septiembre, sufro fascitis plantar en el pie derecho. Ya son 5 meses de dolores ininterrumpidos. Estoy algo mejor que al principio, pero le evolución es muy lenta. De hecho, apenas estoy entrenando sobre el tartán. Mucho gimnasio, pero poca carrera. Pasan las semanas y no me encuentro del todo bien. Y claro, me desespero”, reconoce el deportista de San Vicente del Raspeig.
Ya son 5 meses de dolores ininterrumpidos. Y claro, me desespero
Daniel Andújar
Puestos a encontrar lecturas positivas de este triste episodio, Daniel Andújar las descubre. “Claro que me hubiera gustado ahora estar preparando la maleta para competir en el Campeonato de Europa de Glasgow. Pero mejor perderme por lesión la pista cubierta que el aire libre, por supuesto. Y otra de las razones que minimiza mi frustración es saber que esta temporada es más larga de lo habitual. El Campeonato de España de verano es a finales de agosto. Además, en La Nucía, muy cerca de mi casa. Y el Campeonato del Mundo es en la primera semana de octubre en Doha. Repito, la recuperación va muy lenta, pero todavía tengo tiempo. Vamos a ver y, sobre todo, vamos a confiar”, expresa el deportista FER.
Su pasión por el atletismo es tal que sigue al detalle cada competición y cada transmisión. “Igual que hay gente que, en estas circunstancias, no quiere saber nada ni ve la televisión, a mí me ocurre todo lo contrario. Lo veo todo. O casi todo. Puedo compatibilizar mi morriña por no estar ahí compitiendo con disfrutar del espectáculo”, reconoce.
Aunque en los últimos años, Daniel Andújar siempre ha estado, en territorio nacional, a la sombra de otros grandes competidores como Kevin López, Álvaro de Arriba o Saúl Ordóñez, el atleta FER nunca se dio por vencido. Luchador e inconformista como pocos, el deportista alicantino siempre demostró una fe ciega en sus posibilidades. Dejó en evidencia a los escépticos. “Dije que estaría en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y allí estuve. Dije que podría correr los 800m en menos de 1 minuto y 46 segundos, y en julio de 2017, en la Reunión Internacional de Madrid, hice 1. 45. 17. Ahora, con toda la humildad del mundo, como en alguna ocasión he comentado, repito que, en plenitud, puedo estar por debajo del 1. 45. Y me comprometo a estar en el Mundial de Doha de octubre si me recupero”, sentencia Andújar. Un último mensaje, ahora sí, propio de su proverbial energía. De su célebre entusiasmo. De su conocido optimismo.
Si me recupero a tiempo, me comprometo a estar en el Campeonato del Mundo de Doha. Y repito, no es ninguna utopía bajar de 1. 45. en los 800m
Daniel Andújar