Misma incertidumbre, diferente escenario. Cuatro deportistas del Proyecto FER pasan estas semanas de pandemia muy lejos de casa. En concreto, en los Estados Unidos. En realidad, son cinco los componentes del equipo FER 2020 que estaban completando el curso académico al otro lado del Océano Atlántico. Uno de ellos, sin embargo, el joven atleta Pedro García Palencia pudo regresar a Benicássim el viernes 20 de marzo. Los otros cuatro, bien porque decidieron quedarse, bien porque, pese a intentarlo, no pudieron volver, permanecen en el continente americano. Curiosamente, son dos atletas, El Hocine Bouchrak y Aimar Palma, y dos jugadoras de sóftbol, Meritxell Blesa e Irene Llorens.
De todos ellos, el que lleva más tiempo (en concreto, desde septiembre de 2016) en los Estados Unidos es el Hocine, deportista nacido en Marruecos, pero afincado en la localidad alicantina de Crevillente desde los 9 años. El atleta FER (especializado en 3000m obstáculos) concluye este año sus estudios de Administración de Empresas en la Universidad de High Point, en el Estado de Carolina del Norte, en el este del país. “Tras unos momentos de confusión, decidí volver a España. De hecho, tenía vuelo de regreso para el domingo 12 de abril. Pero no pude viajar porque cancelaron el primer enlace, Charlotte-Boston. Dentro de estas circunstancias tan especiales, no me encuentro del todo mal. Los estudiantes y deportistas internacionales de mi Universidad nos hemos podido quedar. Por contra, a los americanos les han obligado a regresar a sus lugares de origen. Eso sí, a los que nos hemos quedado, unos 10, nos han reubicado. Yo, hasta principios de abril, estaba en la residencia de la Universidad y compartía habitación. Desde hace 3 semanas, estoy sólo en una casa con tres habitaciones”, explica el fondista del Club Atletisme Crevillente.
Aunque los índices de contagio en los Estados Unidos son muy elevados, en High Point las cifras son más asumibles. “Aquí, las condiciones no son especialmente estrictas. Obviamente, ha habido un cambio de hábitos y rutinas con respecto a hace dos meses, pero mucha gente continúa haciendo vida normal. No hay un gran confinamiento. La gente no lleva mascarillas. También es cierto que este lugar no es como una ciudad al uso. No hay excesiva población ni masificación. Además, las casas son plantas bajas y están bastante separadas”, comenta El Hocine. Con respecto a cómo es su día a día, el atleta FER explica que todas las dependencias de la Universidad están cerradas. “Sólo está abierta la biblioteca, pero apenas va gente, porque nos hemos quedado muy pocos. Y en cuanto a lo deportivo, sin llegar a hacer unos entrenamientos perfectos, sí puedo hacer algo más que en España. Por la mañana, puedo salir a correr por los alrededores de mi vivienda, cosa que en Crevillente sería imposible. Luego, hago pesas en casa. Es decir, me estoy manteniendo, que ya es”, señala El Hocine, que ha cerrado un nuevo regreso para el 29 de abril.
Decidí quedarme porque, desde un punto de vista deportivo, aquí estoy mejor que si hubiera vuelto a España. Puedo acudir todos los días a entrenar a la pista
Aimar Palma
En términos muy similares se expresa Aimar Palma. El lanzador de martillo castellonense, que cumplirá 21 años en julio, se encuentra en Jonesboro, ciudad de unos 70.000 habitantes perteneciente al Estado de Arkansas, en el centro sur de los Estados Unidos. “Decidí quedarme porque, desde un punto de vista exclusivamente deportivo, aquí estoy mejor que si hubiera vuelto a España. Aunque todas las instalaciones de mi Universidad están cerradas (aulas, gimnasio, vestuarios), por lo menos, puedo acudir todos los días a la pista de atletismo, a hacer lanzamientos, lo cual sería impensable en Castellón”, comenta Aimar. Según el deportista FER, Arkansas es uno de los estados menos afectados. “Con todo, me consta que hay bastantes casos. Aunque no han ordenado un confinamiento tan severo como en España, la gente está bastante recluida en sus casas. Como yo, que me he quedado sólo en un apartamento de 4 habitaciones y dos baños. Lo compartía con tres chicos americanos. Todos se han trasladado a sus lugares de origen. Por tanto, me he quedado sólo”, comenta el atleta castellonense, quien añade. “A la hora de alimentarme, la cafetería del campus sigue abierta. Te sirven la comida, pero has de ir a tu casa a comer”.
También en los Estados Unidos se encuentran dos jugadoras de sóftbol. Meritxell Blesa cumple su segundo año en estado de Florida, uno de los territorios con mayor índice de casos en el país americano. “Está todo cerrado, hasta las playas. Incluso, hay toque de queda desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana. Yo me he trasladado al piso de una compañera para no estar sola en la residencia de la Universidad. Tengo vuelos de vuelta para el 27 de abril. Espero que no haya problemas”, comenta la valenciana. Por último, Irene Llorens apenas lleva en Estados Unidos cinco meses. También se encuentra en Florida. “Yo estoy en el condado de Brevard. La zona en la que resido no está especialmente afectada. Aunque sólo están abiertos los establecimientos de primera necesidad, puedes salir a la calle con relativa normalidad. Si no pasa nada, espero regresar a Valencia el 10 de mayo”, concluye Irene.