Pocas coincidencias, por no decir ninguna, unen a la vela y al ciclismo en pista. Ni el tipo de deporte, ni los instrumentos para practicarlos, ni los escenarios en los que se desarrollan. Sin embargo, estas dos modalidades tan dispares han encontrado en el FER 2022 un vínculo: las incorporaciones de dos féminas ganadoras, prometedoras, competitivas, con un gran presente y un ilusionante futuro. Ambas son muy jóvenes, pero la regatista Claudia Adán y la ciclista Daniela Grañana ya pueden presumir de brillantes expedientes. Además, ambas los han reforzado en este primer tramo del año.
Cristina Pujol, Martina Reino y Ana Moncada. Éstas son, para Claudia Adán, las tres mejores regatistas españolas de la actualidad en la clase olímpica femenina ILCA 6. A la pregunta de si se ve muy lejos de ellas, Claudia responde: “Me llevan ventaja, por supuesto, pero tampoco, excesiva. En 2021, tuve la oportunidad de compartir unos entrenamientos con Ana Moncada. Al margen de aprender mucho de ella, no me vi especialmente lejos. El objetivo es ir recortando las diferencias. También soy más joven que todas ellas”, señala Claudia (Crevillente, Alicante, 18 años), quien, esta temporada, ha dado el salto a esta modalidad olímpica de ILCA 6 tras dos años muy brillantes en la categoría previa, la ILCA 4: en 2020, fue campeona de España absoluta; en 2021, se proclamó campeona de España sub-18, logró el bronce en el Europeo sub-18 y conquistó la 4ª posición en el Mundial sub-18.
Para Claudia Adán, en la vela, “es muy importante el físico, claro; pero considero que lo es más la mente. Tu cabeza ha de entender e interpretar el viento, las corrientes, la ola, etc para diseñar tu propia estrategia. Además, el autocontrol y la serenidad son vitales a la hora de no perder los nervios y saber adaptarse a cualquier situación, muchas veces imprevisibles y súbitas, que puede deparar una regata. Precisamente, creo que estas facetas, la mental, la estratégica, son mis principales fortalezas. Mientras, he de ganar en peso y en musculación. De hecho, aunque en los grandes eventos internacionales del pasado año tuve que enfrentarme a vientos fuertes y no lo hice mal, prefiero poco viento. Cuando las condiciones son más duras y exigentes, sufro un poquito. Es decir, he de reforzar, desde ya, mi trabajo físico. Y he de empezar a ser más estricta en la alimentación. Pero estoy dispuesta a todos estos esfuerzos y sacrificios”, comenta la regatista alicantina.
La nueva deportista FER ha iniciado 2022 con buenas vibraciones. En febrero, fue la mejor sub-19 en la Copa de España. A mediados de abril, lo hizo muy bien en el Europeo sub-21 en Francia. Del total de 61 competidoras, acabó la 12ª (fue cuarta de las seis españolas presentes en el torneo), pero estuvo liderando el certamen durante las tres primeras jornadas: “Fue una gran experiencia. Cuando encabezaba la prueba, estaba en una nube. No imaginaba hacerlo tan bien en este evento. Quiero recordar que yo todavía soy sub-19”, señala Claudia, quien, hace pocas fechas, a principios de mayo, se proclamó campeona de España sub-19.
La regatista alicantina tiene su centro de operaciones en el Club Náutico de Santa Pola, donde, en ocasiones, coincide con Iván Pastor, “a quien admiro por su grandísimo historial deportivo. Al respecto, soy consciente de que mi ciclo para, cuanto menos, contemplar la posibilidad de ser olímpica será el siguiente, el que confluirá en Los Ángeles 2028”, comenta Claudia, que se dispone a afrontar un verano trepidante: Europeo sub-19 (del 1 al 6 de julio, en Grecia), Mundial sub-19 (del 23 al 30 de julio en Texas) y Mundial sub-21 (del 21 al 27 de agosto, en Portugal). “Espero poder con todo. Este año, estoy en Segundo de Bachiller y es un año complicado. Si todo va bien y me incorporo a la Universidad, a partir de septiembre, ya estaré en Valencia y reforzaré mis entrenamientos para ganar en físico”, comenta.
Por su parte, Daniela Grañana todavía es joven, muy joven. Sólo tiene 15 años. De hecho, aún es cadete de segundo curso. Es decir, dispone de mucho tiempo por delante para decidir hacia qué disciplina, si la ruta o la pista, va a encaminar su trayectoria. “Las dos me gustan por igual. Ahora mismo, no soy capaz de decir cuál de las dos elegiré. De momento, mientras pueda, voy a compaginar ambas modalidades”, señala Daniela, ciclista natural de la localidad castellonense de Traiguera y que firmó una temporada 2021 de ensueño. Acumuló cuatro medallas de oro en pruebas individuales (persecución individual, 500m, eliminación y puntuación) en el Nacional cadete de pista. Además, concluyó la general de la Copa de España cadete de carretera en la segunda posición. Es decir, bajo techo y al aire libre. Grañana es capaz de brillar en cualquier escenario.
De momento, Daniela ha vuelto a empezar 2022 a lo grande. En febrero, se proclamó campeona de España cadete de omnium y madison. Y en abril, más podios: oro en persecución individual y puntuación, y plata en scratch. “Mis padres tienen una escuela de ciclismo, un deporte con mucha tradición familiar. Es decir, en cierto modo, estaba predestinada a practicarlo. De hecho, tengo una hermana gemela, Andrea, que también lo practica”, explica Daniela Grañana, quien entrena “en la zona norte de la provincia de Castellón para la ruta, y en el velódromo Luis Puig, para la pista. En carretera, de momento, me van bien los recorridos sinuosos, exigentes, con subidas y bajadas. Todavía no sé cómo responderé ante puertos de montaña más duros. En la pista, en tanto que fondista, mis dos pruebas preferidas son la madison y la persecución individual. En cuanto a mis características, creo que soy mentalmente fuerte, ambiciosa y sé leer las carreras. Ahora bien, considero que debo mejorar en lo psicológico, en lo mental. He de aprender a gestionar los nervios antes de las pruebas”. Siguiente reto: el Campeonato de España cadete en ruta. Será del 30 de junio al 2 de julio en la provincia de Valladolid.