El tenis es uno de los deportes con más seguimiento en España. Tal popularidad y aceptación responden, entre otros motivos, a la existencia de grandes figuras durante los últimos años. Estrellas que han levantado y siguen despertando pasiones con sus espectaculares hazañas. El Proyecto FER cuenta en sus filas con Charo Esquiva, una joven deportista que, dentro de un tiempo, con sus gestas, aspira a prolongar la celebridad del tenis en el territorio nacional. Formada y perteneciente al Club Los Balcones de Torrevieja, su evolución es toda una invitación al optimismo.
En 2023, Charo Esquiva (Bigastro, Alicante, 15 años) ha sido cadete de primer curso. Es decir, lo seguirá siendo la próxima temporada. Sin embargo, ha disputado los torneos junior de tres Grand Slam. Significativo. Sintomático. Tras superar dos rondas, alcanzó los octavos de final en Roland Garros y en el Open USA. Por contra, cayó eliminada en el segundo cruce de Wimbledon. Además, se proclamó campeona de España cadete; se adjudicó el ITF junior 500 de Offenbach, Alemania; y, tras conseguir tres victorias, llegó hasta los cuartos de final en el Campeonato de Europa cadete, en Parma. Charo ha dado pasos de gigante durante el año que ya concluye. Así lo analiza.
Muy contenta, la verdad. Disputar tres Grand Slam junior, siendo todavía cadete, ha sido lo máximo. Aunque entraba en mis planes, era tremendamente complicado. Actualmente, rondo la plaza 20ª del mundo en la categoría junior, una clasificación que, a principios de año, no podía ni imaginar. Como puntuación, me pondría un 8. Ya digo, estoy satisfecha, pero nunca hay que caer en la relajación.
Mi mejor resultado de 2023 ha sido la victoria en el ITF junior 500 de Offenbach, Alemania. En este torneo, empecé en la previa. Cuando lo gané, casi ni me lo creía. Este éxito me abrió las puertas de los Grand Slam. También estoy muy contenta por haber debutado en torneos profesionales. Por ejemplo, jugar el WTA 125 de Valencia, gracias a una invitación, fue una experiencia inolvidable. En la parte negativa, me quedaría con la derrota en los cuartos de final del Campeonato de Europa cadete. Fue una ligera decepción. Esperaba llegar más lejos.
En líneas generales, acabé contenta. Hay que tener en cuenta que, todavía soy cadete, que era de las más jóvenes y que debutaba en torneos de esta dimensión. En Roland Garros y en el US Open, superé dos eliminatorias y llegué a los octavos de final. En Wimbledon, donde gané un partido, podía haberlo hecho mejor. Insisto, para ser mi primera experiencia, aunque siempre quieres más, creo que estuve en una línea más que correcta.
Sin duda, en el saque. Es mi punto débil. Lo estoy mejorando poco a poco. En el resto de golpes, me veo bastante bien. También he de evolucionar en lo psicológico. He de gestionar mejor los nervios; ser más templada, ser más estable cuando comento errores. A veces, tras un mal partido o tras una derrota, me enfado mucho. Está bien ser ambiciosa, pero he de asumir que no siempre se puede ganar.
Volver a estar en los Grand Slam para, en esta ocasión, a ser posible, alcanzar las semifinales en alguno de ellos. Ganar mi primer ITF 25.000; es decir, ganar mi primer torneo profesional. Y, como mínimo, alcanzar las semifinales en el Campeonato de Europa cadete.